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Jornadas menguantes

España tiene más afiliados que nunca pero las horas trabajadas continúan por debajo del nivel precovid tras una caída que viene de lejos
La gestión del tiempo. PIXABAY
photo_camera La gestión del tiempo. PIXABAY

NUNCA HUBO tantas personas cotizando a la Seguridad Social en España como ahora y, sin embargo, el número de horas trabajadas por todos los ocupados sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia. Entre enero y marzo de este año, el tiempo de tajo sumó unos 8,47 millones de horas, lo que supone 77.800 menos que en el mismo periodo de 2019. Eso a pesar de que el mercado laboral ha ganado afiliados: mayo cerró con un récord de 20,8 millones, unos 2 millones más que antes de que detonase la crisis sanitaria. En esa evolución desacompasada ponen el foco diversos economistas para señalar que no es oro todo lo que reluce en las cifras de empleo.

A ese desajuste achacan que el mercado laboral esté creciendo a un ritmo mucho mayor que el producto interior bruto (PIB) nacional, que arrancó el año con un tímido avance del 0,5% respecto a finales de 2022, mientras la afiliación se incrementó un 2,5%.

Según la Encuesta de Población Activa (Epa), en el primer trimestre del año la jornada semanal efectiva se situó en 33,6 horas, todavía una menos que antes de que la pandemia golpease de lleno el empleo.

¿Por qué, si hay más ocupados? A la hora de analizar las causas, hay disparidad de lecturas entre los expertos. Desde Funcas apuntan al absentismo, entendido como la ausencia al trabajo con una justificación —sobre todo por estar de baja, la razón mayoritaria— o de forma deliberada. Este fenómeno se ha disparado, no solo durante la crisis sanitaria sino también después, lo que ha generado preocupación entre los empresarios. En 2022, los procesos de incapacidad temporal repuntaron un 33% en Galicia y unos 77.500 trabajadores faltan cada día a su puesto.

A diferencia de otros economistas, los de este ‘think tank’ niegan que entre las causas de ese descenso en el número medio de horas efectivamente trabajadas esté un aumento del empleo a tiempo parcial, pues señalan que su peso ha tendido a descender. A cierre de marzo, el 13,7% de los ocupados españoles tenía esta jornada, frente al 14,9% del mismo periodo de 2019 o al 16,4% que se alcanzó tras la crisis financiera.

En cambio, economistas como Daniel Lacalle recuperan ahora declaraciones de ministros del PSOE y Podemos cuando durante el Gobierno de Rajoy decían que no se creaba empleo sino que se troceaba al no recuperarse el nivel de horas trabajadas que había en 2008. Esto es, apuntan a la precariedad.

Lo cierto es que la caída del número de horas trabajadas por ocupado en España no es un fenómeno nuevo ni reciente, aunque el covid-19 la acentuó. Desde mediados de los 80 y hasta 2019 se redujeron en entre 200 y 300 horas al año. Este dato lo aporta el Banco de España en un informe sobre la materia en el que atribuye esta tendencia a factores como el progreso tecnológico; los cambios en la estructura sectorial de la economía, con un fuerte aumento del peso del sector servicios; la incorporación de las mujeres al mercado laboral, entre quienes es más frecuente el empleo a tiempo parcial; y, más recientemente, el envejecimiento demográfico.

Y todo apunta a que el descenso de las horas de trabajo por ocupado se prolongará en los próximos años. El retraso de la edad de retiro y los posibles incentivos a la jubilación parcial presionarán a la baja la jornada laboral media. Además, cabe esperar que los servicios sigan ganando presencia.

Aunque recientemente el presidente de la patronal europea, Fredrik Persson, afirmase en una visita a España que "hay que trabajar más horas, no menos" para ganar competitividad, lo cierto es que el número de horas que se echen en el puesto no es sinónimo de más productividad. De hecho, en países como Alemania o Dinamarca ésta es mayor y dedican menos tiempo al tajo. ¿Hay que trabajar para vivir o vivir para trabajar?

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