El ‘impuesto al sol’ ralentiza el desarrollo del autoconsumo eléctrico en Galicia

Un centenar de instalaciones de hogares y empresas figuran en el registro que creó el ministerio y cuya gestión tumbó el Constitucional. El sector censura el peaje que grava la energía producida
 

Placas fotovoltaicas. KAI FÖRSTERLING (EFE)
photo_camera Placas fotovoltaicas. KAI FÖRSTERLING (EFE)

En un escenario en el que los precios de la electricidad están castigando el bolsillo de los consumidores, la regulación en 2015 del autoconsumo que supuso la imposición de un peaje de respaldo (el conocido como ‘impuesto al sol’) a hogares y empresas que invirtieron principalmente en placas solares para generar electricidad ha derivado en una "ralentización extrema" de estas instalaciones en Galicia. 

Según los datos del registro creado por el Ministerio de Energía, en la comunidad hay inscritos ocho dispositivos con una potencia inferior o igual a diez kilovatios (KW), los únicos que están exentos del peaje de respaldo, al menos de momento, pues la exoneración era transitoria. Según el Clúster Galego do Autoconsumo e da Eficiencia Enerxética (Agaen), el 99% de los hogares que apuestan por las tecnologías limpias entrarían dentro de este grupo. 

Este cargo se calcula en función de la energía producida y consumida en la vivienda, explotación ganadera u otro tipo de negocio. El Gobierno lo implantó alegando que quienes producen su propia energía deben sufragar los costes de las redes en la medida en la que dependen del sistema general de suministro cuando sus instalaciones no están operativas, aunque los afectados alegan que ya lo hacen a través de la factura eléctrica. Al margen del real decreto y, por ende, del ‘impuesto al sol’, quedan los hogares y empresas autosuficientes, que están desconectados de la red, aunque los casos son menos usuales y suelen deberse a que se encuentran en zonas a las que no llega el tendido. 

Sí abonan el cargo los otros 49 usuarios que, en Galicia, tienen equipos con una potencia superior a diez KW, aunque su función también es dar servicio a un único consumidor doméstico. 

Además, en la base de datos del ministerio constan otras 43 instalaciones acogidas a la modalidad de autoconsumo tipo 2, que abarca a los titulares de plantas de cogeneración o empresas asociadas o conectadas a una o varias plantas de producción que incluso pueden estar operadas por compañías de servicios energéticos, pues no se obliga a que el consumidor y el productor sean el mismo, como en el caso de las instalaciones domésticas. Estos son los únicos que pueden cobrar por la energía sobrante que generan y vierten a la red. Con todo, el delegado en Galicia de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), Juan Castro-Gil, remarca que "es en este supuesto en el que más se penaliza el autoconsumo", pues los cargos asociados que se liquidan son más elevados.

Entre instalaciones en hogares y negocios, en total, el autoconsumo supera los 35.686,21 KW, una potencia que equivale a la de 44 aerogeneradores de los que poblan los montes gallegos. 

REGISTRO. Pese a que la ley contempla multas exorbitadas de hasta 60 millones por no darse de alta en el registro, el abogado lucense señala que hay instalaciones domésticas sin inscribir en la comunidad, un trámite que suelen cubrir más las empresas, puesto que la sanción puede alcanzar el 10% de su cifra de negocio. 

Con todo, cabe recordar que el registro se halla en una situación un tanto atípica, pues el Tribunal Constitucional tumbó en junio los artículos que regulan la gestión de esta base de datos al considerar que el ministerio invadió competencias autonómicas. Fue en un fallo a instancias de una demanda de la Generalitat de Cataluña en el que los jueces también anularon el veto que existía sobre el autoconsumo compartido, esto es a la instalación de placas solares por comunidades de propietarios. 

Juan Castro-Gil constata que la regulación del autoconsumo que impulsó el exministro José Manuel Soria supuso "una ralentización extrema" de un mecanismo de autoabastecimiento energético  que se está desarrollando de forma "masiva en el mundo", aprovechando un recurso gratuito como es el sol. Muy crítico con el hecho de que se grave la electricidad producida, el letrado traza una analogía para explicar lo "inaudito" que resulta el peaje de respaldo. "En Galicia toda la vida hemos visto casas del rural con generadores de gasoil por si se iba la luz o para extraer agua del pozo y nunca a nadie se le ocurrió cobrar un impuesto a sus dueños por la energía producida", remarca el experto, que llama a la Xunta a "posicionarse de forma clara y contundente" contra la normativa estatal. 

Convencido de que la regulación del autoconsumo "no se adapta a la realidad e idiosincrasia de Galicia", el presidente de Agaen, José Manuel González, defiende que "el sol es de todos y que la tecnología no esquilma ningún recurso". En un sistema dominado por las grandes eléctricas, censura que otros países "con menos horas de sol tengan un desarrollo 20 veces superior" de esta alternativa limpia.
 

El gravamen no genera consenso en Bruselas

La Comisión Europea decidirá el futuro del autoconsumo con una directiva que lo regulará a finales de 2018 y a la que los estados deberán adaptarse. En el marco de este debate, el futuro del peaje de respaldo español no está claro, pues divide a las instituciones comunitarias.

En noviembre, la Eurocámara apoyó una iniciativa impulsada por el diputado lucense José Blanco a favor de liberar a quienes tengan un sistema de generación autónomo de "cargos punitivos y gravámenes". Sin embargo, el 18 de diciembre el Consejo Europeo que reunió a los ministros de Energía de los 28 respaldó la potestad de cada país para decidir los cargos a la producción eléctrica.
 

Equipar una casa de 100 metros cuadrados con placas solares, desde 5.000 euros

Equipar una vivienda de entre 100 y 200 metros cuadrados y habitada por cuatro personas con una instalación fotovoltaica de entre 2,5 y 4,5 kilovatios puede salir por entre 5.000 y 8.000 euros, según el Clúster Galego do Autoconsumo (Agaen). “El abanico es amplísimo” en el caso de las empresas, pues dependiendo de sus necesidades energéticas el desembolso puede oscilar entre los 10.000 y el millón de euros.

Aunque no se puede generalizar, pues hay que evaluar factores como el consumo o la ubicación de la instalación, el delegado en Galicia de Anpier señala que en España se tardan entre diez y 12 años en amortizar la inversión, el doble que en otros países. En el caso de una vivienda unifamiliar totalmente aislada del tendido eléctrico, Agaen reduce a entre año y medio y tres años el plazo que tiene que transcurrir para recuperar el gasto.

Dependiendo del momento del día en el que más electricidad se gaste, una instalación puede cubrir entre el 40 y el 60% de las necesidades de un autoconsumidor, lo que revierte en una reducción del recibo de la luz en la medida en la que se dependa menos del tendido. Además, existen baterías cada vez más desarrolladas que permiten acumular la energía generada durante el día.

Ante el imparable avance de la descarbonización, que se plasma en la paulatina electrificación del parque automovilístico y en la sustitución de las calderas de calefacción de gasoil, el delegado de Anpier llama a suprimir las trabas al autoconsumo.

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