Opinión

Realismo mágico

EL EXPOLIO, que dicen, del Palau de la Música de Barcelona, un caso de corrupción —mordida— a cuenta de las adjudicaciones de contratos por la Generalitat, conocerá este lunes la sentencia. Sabremos, que ese es el asunto, si la sentencia se ocupa o no de que por esa vía se financió Convergencia. De ahí, de la corrupción levantada en medios de comunicación y en juzgados, vienen tantos cambios de nombre en el partido que tiene en Bruselas al candidato a ser presidente mágico de la Generalitat. Del señor Millet, principal encausado que acudía al juicio en silla de ruedas, decía el domingo una hermana que si entra en la cárcel no dura quince días. Pero, sobre todo, que "sabe muchas cosas de muchos". A ver si Millet canta lo que sabe y Pujol, Jordi, empieza a sacudir el árbol con que amenazó cuando compareció en el Parlament para hablar de 'herencias' diversas. El realismo de la política catalana sería afrontar la corrupción que la penetró con consecuencias tales como el fomento del soberanismo como huida o respuesta mágica al hedor del estercolero. La investidura de un candidato a presidente que no comparece en el Parlament se integra en esa parte mágica de la política catalana. Es, en definitiva, una forma de desfigurar la realidad, de darle valor o dimensión creativa a la vulgaridad de los porcentajes para beneficio privado o del partido con las adjudicaciones de obra pública.

Consultar con la almohada
Pío Cabanillas aconsejaba llevarse a la cama y consultar con la almohada aquellas decisiones en las que el sentimiento y el impulso del momento marcan. Incluye no legislar en caliente, cuando los componentes emocionales dominan el momento. La prisión permanente revisable es una posición que encuentra apoyo en la opinión pública, sobre todo en momentos 'calientes' de un atentado o un crimen. Como sucede actualmente. Partidarios o no, puede y debe haber discusión. Y siempre consultar con la almohada.

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