Opinión

Un problema y un indicador

SUMAR 25 AÑOS ininterrumpidos con más muertes que nacimientos es todo un dato de que las políticas para incentivar la natalidad entre los ciudadanos de Galicia no han logrado su objetivo. Un cuarto de siglo de saldo vegetativo negativo. El de la baja natalidad es un problema en otras muchas sociedades europeas. No parece que estén suficientemente explicadas las causas que originan este fenómeno social. Los modelos de esta sociedad y esta economía no parece que respondan a las necesidades de familias numerosas. La edad de acceso al trabajo y la capacidad de independencia económica influyen en la decisión de tener hijos.

Se ha avanzado pero queda mucho camino, que incluye cambios culturales, en compatibilizar trabajo e hijos, y que la maternidad no repercuta negativamente para la mujer sobre su situación laboral y sus expectativas profesionales. En el caso de Galicia, además, se añade la pérdida de habitantes. Es otro problema, relacionado sin duda pero que hay que vincular directamente con la dinámica económica. En otras sociedades, con demanda de mano de obra, la inmigración la compensa.

Multa y sanción
El Tribunal Supremo estima el recurso de un cabo de la Guardia Civil contra una sanción de dos meses de empleo. El cabo había denunciado en unas declaraciones en la Cope en Lugo que varios compañeros recibían presiones por sus mandos para incrementar el número de denuncias que realizaban por infracciones de tráfico. Claro que dijo algo que era de público conocimiento, como sentencia el Supremo. ¿Acaso no envían las patrullas y los helicópteros a la carretera con el objetivo prioritario —y único en el caso del helicóptero— de sancionar más que el de contribuir a mejorar la circulación y la seguridad?

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