EL ABANDONO de actividad en el campo y del medio rural es la primera explicación para la plaga de incendios forestales en Galicia y en otros países. Es una afirmación de José Manuel Iglesias, presidente del Cluster da Madeira e o Deseño de Galicia, en el Parlamento. Este jueves fue una jornada intensa sobre los incendios forestales, con la voz de afectados y conocedores directos del problema. Con sus propios intereses, evidentemente. Pero son posiciones alejadas de la demagogia y la instrumentalización partidista que domina este debate. O hay rentabilidad en el monte y en la producción forestal o habrá abandono. La rentabilidad pasa por dar capacidad a las explotaciones. Y, sin demonizar al eucalipto como pedía José Manuel Iglesias, tampoco cabe defender el monocultivo indiscriminado por todo el territorio. O hay actividad en el monte durante todo el año o primará la economía del fuego, que es la que se impuso. La rentabilidad pasa por dar capacidad a las explotaciones. Frente al fuego se necesita otro paradigma político de lucha.
Gama de grisis
No todo se reduce a blanco o negro ni con Trump. El presidente de EE UU recibió una donación de 30 millones de dólares de la National Rifle Association (NRA), uno de los más potentes grupos de presión para el libre acceso a las armas en aquel país. Mueve la derecha más profunda con voto republicano. Pero tras la última matanza con armas de fuego en un colegio —17 jóvenes muertos en Florida—, el presidente de los disparates más inimaginables en un mandatario de una gran potencia acaba de dirigirse a un grupo de legisladores republicanos para que actúen sin sentir la presión de la NRA. Incluso en el país del lobby, declarados y registrados, y con un atípico presidente republicano hay gama de grises.
