Opinión

Vuelven los sucesos

TIENE RAZÓN Antonio Franco, el que fue buen director de El Periódico, en su columna de ese diario de Barcelona: "Vuelven a estar de moda los sucesos. Cuando yo era niño se consideraba un género informativo menor e incluso parecía de mal tono y poca educación ir por la calle con El Caso, el principal semanario de la especialidad. Para subrayar su presunta calidad los diarios que presumían de serios dedicaban poco espacio a la sangre de los delitos comunes".

Cuando las televisiones se hicieron con los sucesos, desapareció El Caso y se rehabilitó el género. En los excesos –recuérdese las niñas de Alcásser– pasaron a ser esos programas símbolo de la basura informativa. Pero poco importa, incluso para los informativos de las televisiones públicas. Entre temporales y sucesos cubren ampliamente el tiempo de información fundamentalmente inútil. Y es así, consecuencia del desbordamiento informativo en los telediarios oficiales y en los programas de entretenimiento, como crece en algunos sectores de la opinión pública la percepción de que abundan más los delitos que nunca y se cometen crímenes que hace un tiempo no eran ni imaginables. Se olvida el mensaje de que Caín mató a su hermano Abel. Si a la autoridad competente no le preocupa ese efecto, debe de ser que tapa otros agujeros.

BOCHORNO. De la pérdida de talla o bagaje en los parlamentarios, con las excepciones que existen, no hay duda. Del debate del jueves en el Congreso sobre la pena permanente revisable se concluye que el oportunismo, por un lado, y la falta de la más mínima empatía, por otro, forman parte de la frivolidad, la banalización y el oportunismo. Las calificaciones valen para integrantes del no y del sí. Ambos lados cruzaron líneas rojas.

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