Opinión

Caliente

EN CALIENTE. No se debe legislar, tomar decisiones en caliente, repiten su muletilla los socialistas, nacionalistas y podemitas, que votaron derogar la ley de prisión permanente revisable, por considerarla contraria a sus principios. ¿Qué principios son ésos que se oponen a que los más crueles asesinos estén en la cárcel hasta que se considere que su excarcelación no supone un peligro para la sociedad? Ésos no son principios, sino prejuicios que pueden provocar más víctimas futuras, como ya se ha comprobado repetidas veces. Y es en caliente, con las víctimas aún calientes, como hay que utilizar la ley en estos casos. Con rigor y equilibrio, pero con dureza y en caliente.

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