Opinión

Tensar la cuerda

EL ACTA de parlamentaria pertenece a Paula Quinteiro y no a En Marea ni a Podemos, un detalle que seguro que unos y otros tienen muy presente en el día en que el Consello das Mareas adopta una decisión sobre el futuro de la viguesa. La dirección le puede pedir que renuncie a su escaño o expulsarla de En Marea, pero Quinteiro también puede abandonar el partido instrumental conservando su acta y marcharse al grupo mixto. Al fin y al cabo, a nivel económico la maniobra resulta muy rentable y, pese a su juventud, su carrera política queda tan tocada que ni siquera una dimisión la rehabilitaría a corto plazo. Ese escenario de escisión dentro de En Marea no es ningún disparate porque en la anterior legislatura ya lo sufrió Age, germen del actual partido instrumental. Entonces fue la ourensana Carmen Iglesias la que se marchó al grupo mixto tras un enfrentamiento con Yolanda Díaz y Beiras. Y siguieron su camino Consuelo Martínez y Mónica Fernández, lo que dejó el grupo de Alternativa Galega de Esquerda prácticamente en cuadro. Lo que ocurre es que en esta ocasión, con En Marea y el PSOE empatados a 14 escaños, está en juego el liderazgo de la oposición. Por eso la dirección no puede tensar demasiado la cuerda.

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