Detienen a siete personas por el asesinato en 2018 de un empresario de La Rioja

El crimen fue planificado y ejecutado por un hombre de confianza de la víctima, un delincuente con numerosos antecedentes penales
Un coche de la Guardia Civil. AEP
photo_camera Un coche de la Guardia Civil. AEP

Entre los detenidos, por su presunta participación de forma directa o indirecta, hay cuatro hombres y tres mujeres, con edades comprendidas entre los 20 y 61 años y residentes en las localidades riojanas de Calahorra y Autol.

El 6 de septiembre de 2018 apareció, en una balsa de riego de Alfaro, el cuerpo de un varón de mediana edad, que había fallecido de forma violenta tras haber sido atado, amordazado y golpeado. 

La identificación de la víctima, cuya desaparición había sido denunciada por su mujer el día anterior, abrió múltiples vías de investigación, debido a que una parte de sus amistades eran peligrosos delincuentes asentados en diferentes localidades riojanas, según la Guardia Civil.

Los investigadores determinaron que el crimen fue planificado, organizado y ejecutado por un trabajador y hombre de confianza de la víctima, un delincuente de 41 años con numerosos antecedentes penales.

Esta persona, junto con otros dos miembros de su clan familiar, se habrían desplazado hasta una granja de pollos propiedad de la víctima, en Alfaro, ya que sabían que se encontraba sola y con una importante cantidad de dinero en efectivo en su poder.

Los autores del crimen ataron y amordazaron a la víctima antes de meterla en el maletero de su propio vehículo

Una vez en el lugar, según ha determinado la investigación, ataron y amordazaron a la víctima y la introdujeron a la fuerza en el maletero de su propio vehículo, la trasladaron hasta una balsa cercana, donde acabaron con su vida utilizando un arma blanca; y arrojaron el cuerpo a la balsa, con un contrapeso anudado a la cintura para que se hundiera.

Después, los detenidos colaboraron en el dispositivo de búsqueda que había iniciado la Guardia Civil tras denunciar la familia la desaparición. 

Una vez que apareció el cuerpo, los tres implicados dejaron de tener contacto entre ellos e incrementaron las medidas de seguridad para detectar si eran controlados por los agentes y, de hecho, uno de ellos cambió de residencia en dos ocasiones y evitaba dejarse ver en público.

Los investigadores, durante esta operación, registraron dos viviendas de Calahorra y Autol y detuvieron a los siete implicados en los hechos, que fueron puestos a disposición de la autoridad judicial.

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