Puertas del Camino: A Merca

¿Cuántas y qué figuras adornan esta portada de dorada piedra? Mal empleado lo de adornan, aunque para nuestra mirada sea así. En su tiempo, representaban e ilustraban
Iglesia de San Pedro de A Mezquita, en A Merca.
photo_camera Iglesia de San Pedro de A Mezquita, en A Merca.

Se las da de viajero, pero a fuer de sincero debe confesar que ignoraba totalmente la iglesia de A Mezquita, en el ourensano concello de A Merca. Para mayor vergüenza, apenas le sonaba la existencia del tal concello. Mea culpa, mea culpa, se repite una y otra vez contemplando un bonito, amplio y rural panorama, pues la iglesia está en un alto. La portada es espléndida, con la estatua de San Pedro a un lado y la de una figura femenina al otro. La identificación de San Pedro no tiene duda, pues a él está consagrada esta iglesia y lo delata la enorme llave (la del cielo, of course) que sostiene. La figura femenina quizá sea la Virgen, pero no se lo parece, quién sabe. El cordero mirando en forzada y retorcida postura al norte y las cabezas de dos fieras que miran fijamente a quien las mira. Otra puerta lateral y más pequeña tiene el tímpano graciosamente bilobulado.

Parte dándole vueltas a cuál puede ser el origen del inesperado nombre de A Mezquita, descarta cualquier influencia musulmana por estas tierras y lo atribuye a una coincidencia evolutiva de sabe Dios qué original palabra. Pero no es experto en etimologías, campo muy proclive a fantásticas invenciones, y prefiere pasar a otra cosa. Sin salir de A Merca, se acerca al Campo dos Canastros, un conjunto de treinta y tantos hórreos (o canastros) todos juntitos. La cosa pierde gracia cuando se entera de que fueron agrupados allí hace unos cincuenta años, trayéndolos desde distintos lugares.

Por la tarde llega a Xunqueira de Ambía, para visitar el monasterio y la colegiata de Santa María la Real. Es un monumental conjunto en el centro del pueblo. Nada más llegar, entra en la iglesia atraído por musicales cantos religiosos, desgraciadamente solo grabados, pero que cumplen con la misión de ambientar la visita. Por cierto, aquí hay un órgano del siglo XVIII considerado de los mejores de España, lo que unido a la magnífica sonoridad de la iglesia convierte a Xunqueira de Ambía en un centro de referencia para famosos organistas y para la música sacra en general. No estaría mal asistir a uno de los conciertos que aquí se organizan, pero hoy no toca, nunca mejor dicho lo de no toca. En vista de eso, pasa al claustro renacentista, que le recuerda a algunos portugueses. La paz de los claustros no tiene igual y este la culmina con el aroma de cuidadas plantas medicinales y los cantos que llegan del interior. No es nada raro, pues, que el viajero se encuentre en la gloria.

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