El Camino no tiene edad

Un vecino de Cuenca camina hacia Compostela desde Sarria a sus 93 años, acompañado de su hijo y en la que es ya su quinta peregrinación. "Lo estoy pasando estupendamente", afirma
El peregrino nonagenario, junto a su hijo y Jorge López.EP
photo_camera El peregrino nonagenario, junto a su hijo y Jorge López.EP

No existe una edad para hacer el Camino de Santiago. Lo demostró hace unos días una pareja de Granada que peregrinó con sus niños de cuatro años y seis meses, y lo ratifica hora Luis Cañas López, un vecino de Cuenca de 93 años que partió de Sarria junto a su hijo en el que es ya su quinto periplo jacobeo.

En su mochila no solo lleva algunos útiles necesarios para la caminata sino también, y sobre todo, "dos cosas indispensables": ganas de hacer el Camino y fuerzas para acometer esta empresa. "Me lo estoy pasando estupendamente", asegura el nonagenario, quien ya tiene la mirada puesta en una sexta ruta.

El que posiblemente sea uno de los peregrinos más longevos del Camino Francés ejerció durante la mayor parte de su vida como funcionario de las antiguas cámaras agrarias y, una vez jubilado, no perdió el gusto por caminar, por el contacto con la naturaleza y por la pesca, una de sus grandes aficiones. "Siempre ha estado muy activo físicamente", explica su hijo, también de nombre Luis Cañas, bibliotecario en el centro asociado de la Uned de Cuenca y vicepresidente de la Asociación de Amigos del Camino en esta ciudad.

Para Cañas hijo, quien se siente peregrino "los 365 días del año", la ruta jacobea es una enfermedad "crónica", pero que no ocasiona males sino beneficios. En las últimas dos décadas recorrió unas 30 veces distintos caminos y, desde 2009, no falta ninguna Navidad a su cita con el Apóstol, previo trayecto a pie entre O Cebreiro y Compostela, con parada en Sarria para comer el pulpo en la feria del 27 de diciembre.

En este caso, la pasión no se transmitió de padres a hijos, sino que hizo el trayecto inverso. Fue él quien le pasó a su progenitor el gusanillo jacobeo y, con 80 años, acometió su primera peregrinación desde Sarria. La experiencia fue tan positiva que continuó con 83 por el Camino Portugués, con 87 por el del Norte y con 90 años por el Primitivo. Aquella vez "llegó a Santiago muy sobrado, creo que hasta el punto de que se desmotivó. En plan un poco fanfarrón, decía que igual repetía a los 95", recuerda el hijo entre bromas.

AÑO SANTO. Pero no hizo falta esperar tanto. Con el Año Santo como aliciente y tras una pandemia que incrementó "las ganas de aire puro después de tantas cuatro paredes", los dos Luis Cañas partieron el pasado domingo desde Sarria siguiendo de nuevo el Camino Francés. Tienen los alojamientos concertados con antelación y cubren etapas de entre 10 y 17 kilómetros al día, portando cada uno una mochila. "Mi padre lleva cosas básicas como un forro polar, un chubasquero y una botella de agua, porque para él hacerlo sin mochila era como una ofensa", comenta Cañas hijo.

Ambos fueron recibidos en Sarria por el presidente de la Asociación de Amigos do Camiño na Comarca, Jorge López, para quien es "un pracer e un orgullo ver no Camiño a unha persoa de tantos anos e de tan lonxe". Le admira, especialmente, la vitalidad y el espíritu joven del peregrino. "Iso é moito de valorar", dice.

Ayer, camino de Palas y tras completar las primeras etapas, el nonagenario aseguraba sentirse "estupendamente". "Voy muy bien y no me duele nada. Los pies los llevo perfectos. No me puedo quejar para los años que tengo. Estoy seguro de que llegaré al destino. No me quedaré por el camino, desde luego", afirmaba.

Luis Cañas disfruta especialmente de los paisajes del Camino. "Lo que más me gusta es cuando viene un llano con un bosque, porque cuando vas cuesta arriba no ves más que el suelo. Los llanos son preciosos y más con estos árboles maravillosos que no se encuentran así como así. Cuando voy por algún bosquecillo es cuando verdaderamente disfruto", señala.

El peregrino se encuentra más que animado y con ganas de volver a repetir. "Mi intención es que este no sea mi último camino. Depende de cómo me encuentre de fuerzas, si sigo así dentro de dos años creo que lo puedo hacer otra vez. No creo que sea el último y eso espero", dice. El domingo llegarán a Compostela y, ante el Apóstol, dará gracias "por haberme dejado venir hasta aquí".

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