Los peregrinos regresan por fin a los albergues del Camiño Portugués

El fin del estado de alarma va devolviendo la actividad a todas las rutas que van a Compostela
Varias peregrinas caminandopor el centro de Pontevedra. ADP
photo_camera Varias peregrinas caminando el pasado lunes por el centro de Pontevedra. RAFA FARIÑA

"Poco a poco, pero por fin empezamos a tener otra vez peregrinos en Pontevedra. El Camiño se va reactivando".

Así lo decía este martes Tino Lores, presidente de la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, la entidad que gestiona el albergue Virgen Peregrina, situado en las proximidades de Vialia y que antes de la pandemia llenaba sus habitaciones muy a menudo.

Después de varios meses de sequía a causa de la covid-19 y de las restricciones aplicadas para tratar de frenar los contagios (sobre todo el cierre perimetral de las comunidades autónomas y de la frontera con Portugal), el fin del estado de alarma y la libertad de movimiento entre los diferentes territorios ha devuelto a la vida las rutas jacobeas.

"Este pasado fin de semana, que además incluyó un día festivo, tuvimos a cuatro personas en el albergue y durante la semana también fuimos teniendo peregrinos bastantes días. El miércoles, por ejemplo, alojamos a 20, porque contamos con un grupo de gente que está haciendo el Camino junta", señaló Tino Lores.

Muchos de los que llegan son, precisamente, portugueses que por fin pueden cruzar la raia y echarse a caminar rumbo a Santiago de Compostela.

"Además, también hemos tenido gente procedente de Madrid y de otras comunidades, que estaban deseando venir", añadió el presidente de la Asociación de Amigos do Camiño Portugués. "La recuperación va lenta, pero parece que se va viendo. Esperamos que a partir del 1 de junio se note más".

Con todo, y aunque el estado de alarma haya terminado, la pandemia sigue. Por eso en el albergue Virgen Peregrina extreman las medidas preventivas para proteger a sus usuarios frente a los contagios de covid. Las 92 plazas con las que cuenta este establecimiento se han reducido a 30 para garantizar que se pueda mantener la distancia social y, además, se toma la temperatura a los peregrinos que llegan y se utiliza gel hidroalcohólico en las instalaciones.

Sea como sea, las mochilas con las conchas de Santiago vuelven a verse por la ciudad pontevedresa, que ya echaba de menos a los caminantes que se dirigen a Compostela a través de la ruta lusa.

Así lo atestiguan también en Acolá Hostels, una pequeña red de albergues de iniciativa privada situados en la capital del Lérez. Tal y como explicó su responsable, Candela Garrido, "desde que se abrieron las fronteras sí se nota algo más de afluencia. Por ahora la ocupación es baja, pero ya se nota intención y un cambio con respecto a los meses anteriores, en los que estaba todo parado. En nuestros hostels va entrando gente cada día. Los martes son las jornadas en las que solemos tener más trabajo, porque muchos peregrinos organizan las etapas de la ruta para llegar a Santiago el viernes y para eso la parada en Pontevedra toca el martes. Hoy, de hecho, tenemos a varias personas", explicó este martes Garrido.

En el caso de este negocio, la procedencia de los caminantes que acuden estos días está siendo también mayoritariamente portuguesa y nacional.

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