Desconfía del hombre al que no le guste la música

En Santiago de Compostela quedan abiertas dos tiendas de discos: Discoprecio y Discos Fans, que además de vender música de todo tipo y en varios formatos (sobre todo vinilo), también compran discos de segunda mano
Vinilos Discos Fans
photo_camera Vinilos Discos Fans. L.Y.

No es fácil saber cuándo abrió la primera tienda de discos en España. Buscando información sobre el tema, se puede deducir que fue en Madrid, hacia finales de la década de los 70. Eran los años de la Movida, de la rebeldía y del rock and roll. Parecía por entonces que en el mundo de la música era todo demasiado fácil. Los grupos que se formaban (de música punk, en su mayoría) formaban parte de la Nueva Ola y tenían el lujo de sonar en programas de radio a nivel nacional. Con el paso de los años, los mismos factores que impulsaron el movimiento hicieron que se acabase consumiendo. La separación o muerte de varios miembros de grupos de referencia, la mitificación de las drogas, la propagación del VIH o la propia popularización del movimiento fueron algunos de los factores que hicieron que el encanto que tenía formar parte de la contracultura, de lo decadente y marginal, se desvaneciese.

La música es parte omnipresente de nuestras vidas. Aunque eche la vista atrás y haga memoria, no soy capaz de recordar el primer CD que cayó en mis manos, ya ni digamos la primera canción que aprendí de memoria. Puedo poner banda sonora a la mayoría de mis recuerdos.

En Santiago de Compostela quedan abiertas dos tiendas de discos: Discoprecio, en la Rúa Santiago de Chile, y Discos Fans, en la Rúa do Hórreo, que además de vender música de todo tipo y en varios formatos (sobre todo vinilo), también compran discos de segunda mano.

El bucle de decadencia en el que ha entrado el negocio de la música en físico es innegable, igual que lo es la influencia que las plataformas digitales han tenido en ello. Los años de crisis y el IVA del sector afectaron y afectan a las tiendas de discos, igual que al resto de negocios. De primeras, el cierre de la competencia puede parecer una buena noticia para el resto de comercios, sin embargo no siempre es así. En este caso en concreto, reducir la oferta musical en las ciudades supone un retroceso cultural que nos perjudica a todos.

Cuenta Yago, que está tras el mostrador de Discoprecio desde 1996, que Santiago tiene la ventaja de ser una ciudad “viva", con un movimiento cultural permanente que se renueva año a año, con la llegada de nuevos estudiantes. “Agora hai un abanico de xente moi nova que me vén comprar. Eu alucino porque ás veces éntrame un rapaz de 17 anos pedindo un disco de The Creation. Está habendo outra vez unha rexeneración cultural, unha aprendizaxe que se perdera. Estamos nun momento no que a xente está volvendo ao vinilo, aos clásicos”.

rtggTonha da Silva, de Discos Fans, se hace cargo de la tienda desde 2005. Estudió Ciencias Políticas, pero su verdadera pasión siempre fue la música. Desde que está al frente de Discos Fans la clientela ha bajado, pero “nos últimos anos hai un rexurdir moi importante. Non é un negocio para facerse rico, nin moito menos, pero é fundamental que che guste. Eu non teño a sensación de que veño traballar cando veño”.

“O que quere mercar música, mércaa. Houbo 10 anos en que a música non aportaba nada. Desapareceron as tribus, que sempre foron a forma de supervivencia da xente nova: os heavys, os punk, os rockabilly... Desapareceu esa música. Agora parece que hai un resurxir, pero é lento. É máis rápido desfacer as cousas que facelas e nós tentamos aportar un pouco culturalmente”, explica Yago.

"Agora parece que hai un resurxir, pero é lento. É máis rápido desfacer as cousas que facelas, e nós tentamos aportar un pouco culturalmente”

Hace 15 o 20 años, estos locales eran el único lugar donde se podía obtener música. Ahora, programas como Spotify suplen estos servicios, adaptándolos al estilo de vida cómodo que acompaña a nuestra generación y en cierto modo banalizando la producción musical. Sin embargo, los propietarios son optimistas cuando se les pregunta por el futuro. Las tiendas de discos tienen hoy la suerte de ser consideradas refugios para los clientes habituales, lugares en donde el tiempo parece pasar de forma distinta. “Nós temos unha clientela que prima o contacto ou poder ter unha conversa sobre música, que lle recomendes cousas… É a diferenciación que podemos ofrecer, un trato máis cercano. Persoas que empezaron como clientes acaban sendo amigos”, dice Tonha. También piensa que “os peores anos pasaron. Agora, co vinilo, hai unha nova vida para estas tendas. En Vigo abriu unha nova hai uns meses e iso é un notición".

“Eu penso que os peores anos pasaron. Agora, co vinilo, penso que hai unha nova vida para estas tendas. En Vigo abriu unha nova fai uns meses, e iso é un notición”

A pesar de la lente de pesimismo con la que se suele mirar al futuro al hablar de este sector, la impresión que me dieron no fue para nada esa. Bajo mi punto de vista, el resumen es una frase de Yago: “Eu teño unha teoría: que é imposible que desapareza a música. Se desaparece a música desaparece o mundo”.

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