La salida del director deportivo agudiza la inestabilidad del Dépor

Desde la llegada de Tino Fernández a la presidencia en 2014 con Fernando Vázquez como entrenador, han estado al frente de la plantilla otros cinco técnicos

Richard Barral. EP
photo_camera Richard Barral. EP

El proyecto del Deportivo se tambalea cuando la temporada está a punto de llegar al ecuador con el equipo en puestos de descenso y ya sin los tres máximos responsables de la parcela deportiva, en la que se ha agudizado la inestabilidad que antes solo parecía afectar al banquillo y que esta semana se ha llevado por delante al director deportivo.

Desde la llegada de Tino Fernández a la presidencia en 2014 con Fernando Vázquez como entrenador y el equipo en Segunda División, han estado al frente de la plantilla otros cinco técnicos: Víctor Fernández, Víctor Sánchez del Amo, Gaizka Garitano, Pepe Mel y, actualmente, Cristóbal Parralo. De ellos, solo uno, Víctor Sánchez del Amo, llegó a completar una temporada en el banquillo del Deportivo, del que fue despedido a la conclusión de la campaña 2015-16 por sus problemas para gestionar el vestuario.

"La estabilidad es clave, pero es difícil encontrarla por una cosa: cuando partes de una situación baja, aguantar un entrenador es difícil, es como la pescadilla que se muerde la cola, hay una pérdida de estabilidad con cada cese y no es lo mismo que tener un entrenador dos o tres años y que todo el mundo sabe que manda", explicó este martes el ya exdirector deportivo, Richard Barral.

Las diferencias de criterio a la hora de acometer las operaciones en el mercado invernal han acabado por anticipar la salida de Richard Barral

El Deportivo ha intentado poner los cimientos de una plantilla con más jugadores en propiedad que los que tenía cuando regresó a la élite meses después de que Tino Fernández arrebatara la presidencia a Augusto César Lendoiro, un propósito que sí ha conseguido y que también le ha ayudado económicamente, como sucedió con el traspaso de Lucas Pérez al Arsenal por 20 millones.

No obstante, y tal y como el propio presidente reveló públicamente, el crecimiento del área económica, en la que la que el Deportivo ha mejorado la delicada situación en la que se encontraba (aunque aún no la ha dejado atrás), no ha ido acompañado del mismo salto a nivel deportivo en lo que a la clasificación de LaLiga Santander se refiere. Esta temporada iba a ser la del "despegue", palabra que utilizó Richard Barral al despedirse en rueda de prensa, pero ha sido, como él mismo apuntó, la de la "gran decepción" porque el "rendimiento" del equipo no ha estado a la altura de lo que se esperaba.

Las diferencias de criterio a la hora de acometer las operaciones en el mercado invernal han acabado por anticipar su salida del club, al que estaba ligado, como el actual Consejo de Administración, hasta 2019.

El Deportivo encarará ese periodo de refuerzos con necesidad de fichar y ya sin tres piezas clave en la gestión deportiva. Primero, a principios de octubre, dimitió el consejero responsable de esa parcela, Fernando Vidal, cuyo puesto en la directiva del club no fue cubierto porque el Deportivo, según manifestó su presidente, confiaba en la estructura profesional que había en esa área. A finales de ese mismo mes, cayó el entrenador que había comenzado la temporada, Pepe Mel, víctima de los resultados, y ahora ha llegado el adiós del director deportivo.

El club, que tenía la asignatura pendiente de encontrar la estabilidad en el banquillo, tiene ahora la misión de reflotar también su estructura deportiva y, paralelamente, algo aún más prioritario: salir de las posiciones de descenso porque bajar a Segunda División afectaría negativamente a su economía. 

Comentarios