La biomasa térmica despega en Galicia con nueve plantas de pellets y astillas

Apropellets apunta que las fábricas están ampliando la producción mientras la instalación de calderas y estufas crece en la comunidad

Astillas de madera. EP
photo_camera Astillas de madera. EP

La transición energética hacia las renovables para reducir la polución está en marcha y la biomasa para uso térmico, esto es, para calefacción y agua caliente, se abre paso en los hogares y como una vía para apoyar la limpieza de los montes. Actualmente, Galicia cuenta con nueve fábricas de pellets, astilla y briquetas. En lo que toca al primer biocombustible, la producción ronda las 100.000 toneladas anuales, aunque hay margen para incrementarla, pues el sector explota el 70% de su capacidad total. La mitad de este material se destina a la exportación, según la Consellería de Economía, que, además, cifra en 20.000 toneladas anuales la producción de astilla.

"Este año el consumo ha crecido de forma importante y todas las fábricas están ampliando sus líneas de producción", explica Luz Pardo, la presidenta de la patronal Apropellets, que también es la consejera delegada de la mayor planta de España, Biomasa Forestal, anclada en As Pontes. Las estimaciones de la asociación —que agrupa a 18 fabricantes con certificación de calidad y que copan el 70% de la producción en el país— apuntan a un crecimiento de "entre un 20 y un 25%" el próximo año para llegar al 100% de la capacidad instalada, de 1,2 millones de toneladas. 

La presidenta de Apropellets explica que " año el consumo ha crecido de forma importante" y todas las fábricas están ampliando sus líneas de producción

A esto se sumará la apertura de dos plantas en Zaragoza y Huelva, equipadas para sacar otras 200.000 toneladas, con lo que adelantarán a la de As Pontes. Esta factoría tiene como socio a Greenalia, el grupo que construye en Teixeiro la mayor planta de biomasa de España para generación eléctrica, que también es el dueño de la fábrica de astillas Wood Chips de Oroso. En 2019, Biomasa Forestal alcanzará su máximo de 70.000 toneladas tras invertir 3 millones en un secadero de pellets que también le permitirá hacer astillas certificadas. 

Con este aprovechamiento de la biomasa se cubre una demanda que se va consolidando poco a poco en Galicia, donde el año pasado se instalaron 2.959 estufas y calderas, un 19% más que en 2016, según la asociación Avebiom. En total, la patronal cifra en 15.028 las instalaciones operativas en hogares, administraciones e industrias de la comunidad, donde en 2008 se contaban solo 534. A este crecimiento contribuyeron en cierta medida las ayudas del Inega, que desde 2014 incentivó la compra de 5.000 calderas. 

Plantas de pellets y astillas en Galicia. EP

En cuanto al coste del combustible, los datos de Avebiom sitúan el precio medio del palet de pellet en 259, 7 euros la tonelada en el tercer trimestre en el conjunto del país tras subir un 3,5% en un año. El alza fue más moderada, de un 2,8%, en el caso de los pedidos a granel. Y es que, servido en cisterna, cotiza a 237,8 euros, Iva incluido, comprendiendo un transporte medio de 200 kilómetros y un biocombustible de las clases A1 y A2, elaborados con madera de origen forestal y restos sin tratar químicamente con menor o mayor contenido en cenizas, nitrógeno y cloro. 

"Los precios son más estables que los de los combustibles fósiles", constata Luz Pardo, que incide en que «la materia prima» de la que se abastecen las fábricas proceden de un radio de, "como mucho, 250 kilómetros alrededor de las plantas". La directiva atribuye la subida registrada este año al encarecimiento de la madera debido al aumento de la demanda mundial de papel y cartón por el avance del comercio online y el remplazo de las bolsas de plástico.

La presidenta de Apropellets, que incide en la importancia de apostar por el biocombustible certificado para obtener el máximo rendimiento, llama a no descuidar la plantación de coníferas en los montes gallegos frente al avance del eucalipto. "En nuestro sector no todas las materias primas sirven; el pino gallego tiene unas características adecuadas por su poder calorífico y porque no genera emisiones de cloro como el eucalipto", afirma Pardo.  

INVESTIGACIÓN. La explotación de la biomasa también promueve la I+D. Galicia y el norte de Portugal investigan en una iniciativa conjunta financiada con fondos europeos el uso de los restos de podas, matorrales, vid y kiwi para la producción de briquetas o pellets. Según explican desde la Consellería de Economía, el proyecto Biomasa-AP abarca varios flancos. Por un lado, el grupo liderado por el Centro Tecnológico de Eficiencia y Sostenibilidad Energética (Energylab) trabaja en la recogida mecanizada de estos residuos y en el estudio de sus propiedades de cara a la conversión en pellets o briquetas. En esta primera fase, los investigadores han conseguido producir ya estos biocombustibles con los restos de la poda de kiwi, de viñedos y tojos y están realizando pruebas piloto de combustión para la producción de energía térmica, gas e incluso para generar electricidad a pequeña escala. 

Galicia y el norte de Portugal investigan el uso de restos de podas, matorrales, vid y kiwi para producir briquetas o pellets

La idea es utilizar estos resultados para elaborar a lo largo del próximo año biocombustibles "con maiores propiedades", incorporando aditivos químicos y reduciendo la carga de cenizas. "O traballo céntrase en contar cun material de calidade para aplicacións en uso residencial e doméstico e optimizar ao máximo a recollida e triturado do material para ser competitivo desde o punto de vista económico", indica la consellería. En cuanto al impacto en los agricultores, bodegas y otras empresas del rural, podrían vender la biomasa a fábricas de biocombustibles o utilizarla en instalaciones propias para la producción de energía térmica, gas, electricidad o incluso refrigeración. 

El sector sostiene 1.200 empleos
El crecimiento de la biomasa anima el mercado laboral. Según Apropellets, el sector sostuvo en Galicia 1.200 empleos en 2017. Un total de 602 puestos derivan de la instalación y mantenimiento de calderas y estufas y de la producción y distribución de biocombustibles. El aprovechamiento de la madera en el monte y la generación de electricidad con biomasa sostienen otros 600 empleos. 

4 plantas eléctricas
A la espera de que en 2020 comience a operar la central de Greenalia en Teixeiro, con una capacidad de 50 mevagatios (MW) Galicia tiene cuatro plantas que producen electricidad con los restos forestales. Se trata de Allarluz (Norvento), en Allariz; la central de cogeneración de Ence en Pontevedra y las plantas de Galpellet y Vales Coruña en Pontevedra y Aranga. Suman 38 MW.

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