Alejandro Navarro: "La profesionalización es un reto para la empresa familiar gallega"

Presente en los órganos de gobierno de algunas compañías familiares gallegas, el director de Navarro Abogados censura la falta de seguridad jurídica que amenaza el futuro de la planta de Ence y otras industrias. Experto en Derecho Mercantil y Fiscal, Alejandro Navarro ve a las empresas exportadoras gallegas preparadas para afrontar el Brexit
Alejandro Navarro, director de Navarro Abogados.EP
photo_camera Alejandro Navarro, director de Navarro Abogados. EP

Dada su presencia en varios consejos de administración, ¿cómo ve la salud de la empresa gallega en un escenario complejo en materia política y económica?

La salud de la empresa familiar gallega es buena, aunque afronta grandes retos como la profesionalización y el relevo generacional. Con carácter general, nacieron siendo microempresas y las primeras generaciones se dedicaron a hacer crecer el negocio. Sin embargo, las estadísticas indican que tanto en España como en Galicia, solo el 30% de las compañías familiares superan el primer relevo generacional y que solo el 7% pasa el segundo. La falta de gestores profesionales puede poner en peligro la supervivencia. Por otra parte, es evidente que la inestabilidad política y económica, con lo que sucede en Estados Unidos, Alemania y el Brexit, hacen que todas las empresas del país tengan más incertidumbre. Habrá mucho más conservadurismo y las inversiones se van a reducir. Pero, no creo que por el hecho de que haya desaceleración o incluso de que sobrevenga una recesión, aunque no hay perspectivas de ello de aquí a 2021,  pueda comprometer la competitividad de la empresa gallega. 

¿Los empresarios gallegos tienen armas para encarar una salida sin acuerdo de Reino Unido de la UE?

Los que tienen una elevada cuota de exportación a Inglaterra conocen este riesgo desde hace más de un año. Las empresas que conozco están diversificando su negocio para reducir su exposición ante el impacto de una decisión política como el Brexit duro, que podría llegar de manera inminente. El cierre de las fronteras y el establecimiento de otros criterios arancelarios para la exportación pueden comprometer seriamente la facturación de las empresas que tienen un porcentaje de ventas importante vinculado a este mercado. Los empresarios gallegos han hecho los deberes, anticipándose a este riesgo. Quienes no lo hayan hecho  confiando en una solución pacífica y política tendrán un problema, pues los aranceles pueden minar la rentabilidad de las exportaciones. 

Ante las operaciones protagonizadas por Alcoa, Ferroatlántica o las negociaciones de Puentes con un grupo chino, ¿podemos concluir que el capital extranjero está aprovechando los problemas de algunas firmas para salir de compras por Galicia?

Son situaciones diferentes. Las electrointensivas tienen un problema particular por la falta de un marco regulatorio estable y por el  elevado porcentaje que la energía representa en su cuenta de resultados. Estos elementos hacen que estén casi permanentemente en dificultades y que no sean competitivas con el extranjero. Esto explica que estén cambiando de dueño cada poco. Pero, en general, no creo que haya que ver la inversión extranjera como algo negativo siempre y cuando se produzca un verdadero intercambio de prestaciones. 

La modificación del reglamento de la Ley de Costas no perjudica solo a Ence, pone en riesgo 5.000 empleos en Galicia

¿En qué términos?

Hasta ahora, la mayor parte de la industria gallega y española se financiaba en banca convencional. Con los bajos tipos de interés, hay mucho dinero en el mercado en manos de fondos de inversión y compañías extranjeras dispuestas a invertir. Esto es positivo, pues quiere decir que nuestra economía tiene buena fama, dado que crece algo por encima de la zona euro y tiene empresas saneadas. Estos inversores aportan conocimientos en gestión, profesionalización y, en algunos casos, internacionalización. A cambio, obtienen altas rentabilidades. Mientras haya este equilibrio entre aportación de capital y mejora de la gestión de las firmas gallegas para que facturen más y generen más empleo contribuyendo a incrementar el PIB, no lo veo mal. El problema está en las inversiones de mera especulación. 

¿Qué medidas son necesarias para que Galicia compita con el norte de Portugal por captar inversiones?

Haría algo similar a lo que hace el país vecino. Atacaría por dos vías. Por un lado la fiscal, bonificando el impuesto de sociedades para facilitar la entrada de inversores y compañías extranjeras que permitan capitalizar, facturar y generar empleo. Por otro lado, facilitaría la generación de infraestructura, facilitando zonas en las que asentar industrias con bonificaciones.

Con los vaivenes en la posición del Gobierno central en torno a la concesión de Ence en la ría de Pontevedra, la falta de seguridad jurídica quedó nuevamente patente... 

En tres años, la Abogacía del Estado, con lo importante que es este órgano para dar seguridad jurídica, emitió dos informes contradictorios. Por si eso fuera poco, el Gobierno prepara una modificación del reglamento de la Ley de Costas que, basándose en la Ley de Patrimonio de las Administraciones, y contrariamente a lo que dice la norma de Costas, introduce la limitación a 75 años de las concesiones más las prórrogas, cuando la ley fija 75 años en el primer caso más otros tantos de moratoria. Esto perjudica no solo a Ence, sino a un montón de industrias asentadas en dominio público marítimo-terrestre, como conserveras, plantas acuícolas, viveros de almeja y mejilloneras. Están en peligro unos 5.000 empleos directos e indirectos. Por lo tanto, seguridad jurídica y criterio cero. Lo que se pretende es buscar la justificación legal para revocar la concesión de Ence por si el informe de la Abogacía del Estado no fuese suficientemente contundente. Esperamos que con las alegaciones de los interesados y la Xunta el resultado sea una norma más adaptada a la legalidad.

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