Rosario Arredondo, ganadera al frente de la Interprofesional Láctea

"La rentabilidad de las explotaciones la tiene que pagar el consumidor en el lineal"

Nieta, hija y madre de ganaderos, esta sindicalista lleva el rural en sus venas y desde hace poco más de año preside la Inlac, organización que engloba a productores e industria. Sabe por experiencia que los bajos precios de la leche limitan la rentabilidad de las explotaciones y la llegada de savia nueva al sector. "Cada vez estamos más estrujados", sostiene
Rosario Arredondo, con algunas de sus reses. EP
photo_camera Rosario Arredondo, con algunas de sus reses. EP

Cada día a las seis menos diez de la mañana le suena el despertador y 20 minutos después empieza a ordeñar 80 vacas en la explotación láctea que pilota junto a su hija y su yerno en un pequeño pueblo de Cantabria. Solo se libra cuando va a Madrid para cumplir con sus compromisos al frente de la Inlac. "Mi vida no la cambio por nada", afirma pese a formar parte del eslabón más débil de la cadena del lácteo. Charo fue la primera mujer que presidió una cooperativa agraria en España y que llegó a la ejecutiva del sindicato agrario Coag.

Acaba de cumplir un año al frente de la Inlac. ¿Cómo ve el sector?

Soy una persona optimista, pero me da mucho miedo la situación del lácteo y su futuro. Cada día dejan la actividad una media de dos ganaderos en España y la falta de rentabilidad contribuye a esa pérdida. Lo único viable es el relevo. Hay jóvenes con vocación, hijos de ganaderos a los que le gusta esta profesión y que no se ven viviendo en ciudades ni con otros trabajos, pero si tienen que empezar de cero en el campo se hipotecan para toda la vida con las inversiones que requiere montar una explotación y que no hay manera de amortizar con los precios de la leche. Cuando mi marido y yo empezamos hace 42 años arrancábamos con diez vacas y luego íbamos creciendo; ahora con una decena de animales no ganas ni para pan.

Empezar de cero en el agro es hipotecarse de por vida; no hay forma de amortizar las inversiones con los precios actuales

Los precios de la leche en origen siguen bajos tras acumular varios años prácticamente estancados. ¿Hay razones que expliquen esa situación y vías para una mejora?

A nosotros en otoño nos han subido el litro tanto como una peseta de las de antes, ni siquiera ha sido un céntimo. Dentro de la Interprofesional, la parte productora siempre nos quejamos ante la industria y esta nos dice que lo que ocurre es que la distribución lanza subastas para envasar sus marcas blancas y que la empresa que ofrezca el precio más bajo es la que consigue el contrato. Con ese telón de fondo, pienso que la rentabilidad de las explotaciones la tiene que pagar el consumidor. Subir la leche dos o tres céntimos en el lineal no les va a suponer nada en la cesta de la compra y para los productores puede contribuir a seguir o tener que abandonar. Es un producto de primera necesidad, y si mañana hay que traerlo de otro país se tendrá que pagar más caro sin conocer realmente su calidad.

Han pasado cuatro años desde la firma del acuerdo lácteo. ¿Ha habido algún avance que contribuya a equilibrar las relaciones entre ganaderos, industrias y distribución?

El sindicato al que yo pertenezco, Coag, no firmó ese acuerdo porque no lo veía claro. La industria y la distribución me dicen que se ha conseguido mucho y yo como ganadera no veo que haya cambiado el sector. Al contrario, cada vez estamos más estrujados. Los ganaderos no podemos negociar nada.

Subir la leche dos céntimos no supone nada en la cesta de la compra y contribuye a que el ganadero pueda seguir

Fue la primera mujer presidenta de una cooperativa agraria en España. ¿Cree que si los ganaderos se agruparan más en sociedades de este tipo o en organizaciones de productores les podría ir mejor?

Estoy convencida. Creo más en las cooperativas que en las organizaciones de productores. Las primeras pueden hacer una labor valiosísima para potenciar la transformación de la leche y la venta sin intermediarios. En el año 2000 presidí la cooperativa Valles Unidos del Asón, en la zona oriental de Cantabria. Teníamos una quesería con denominación de origen que nos servía para regular la producción, pues cuando aumentaba en primavera al salir las vacas a pastar podíamos tener problemas para ver garantizada la recogida de toda la leche. Teníamos grandes proyectos, pero cambió la junta directiva y se fueron abajo.

La actividad agraria podría ser un foco de oportunidades frente a la despoblación en el rural, pero cada vez hay menos explotaciones.

Se habla mucho de la España vacía pero todos los días cierran explotaciones y no se hace nada por remediarlo. En el mundo rural, el sector que fija más población es la producción láctea. Sin embargo, las rentabilidades que se obtienen por los bajos precios no animan a los hijos de ganaderos a quedarse. Y sin un buen acceso a internet y con servicios mucho más limitados ya no pretendamos que la gente de la ciudad venga a vivir a pueblos como el mío, donde había 23 ganaderos cuando yo era pequeña y ahora somos tres, dos de ellos cerca ya de la jubilación.

"Tomar una bebida de soja o de almendras  no es comparable con beber un vaso de leche"

Promocionar el consumo de leche en uno de los grandes objetivos de la Inlac. ¿Cómo evoluciona?
Se está trabajando mucho para fomentar el consumo. El 75% de lo que se recauda de extensión de norma en la Inlac va destinado a la promoción, a través, por ejemplo, de campañas en  televisión y medios de comunicación. También encargamos estudios científicos sobre las bondades de la leche frente a las bebidas vegetales que quieren hacerle la competencia. Y hay algún fruto de ese trabajo, pues en 2018 ya no bajó el consumo en España, se estancó, y este año quizás cierre con una subida, pero muy pequeña. No basta para dar por cumplidos nuestros objetivos, seguiremos luchando para trasmitir a la sociedad que es un alimento muy completo.

¿Está haciendo mucho daño el auge de las bebidas vegetales?
No digo que sean malas o que no se deban tomar, pero que no piense el consumidor que con bebidas como la de soja o almendra está tomando un vaso de leche.

La apuesta decidida por elaborar productos lácteos con más valor añadido sigue siendo una asignatura pendiente para la industria.
Cada vez se hace más, pero no es suficiente. Hay que mirar a Italia o Francia, donde elaboran mucho más que leche líquida, como quesos o postres, y ese valor añadido permite al ganadero cobrar más.

Comentarios