Varios testigos avalan la coartada de Francis Franco en el juicio en Teruel

Aseguran que lo vieron en Madrid el día en el que se le acusa de embestir a una patrulla de la Guardia Civil en la ciudad aragonesa

 

Francis Franco. ANTONIO GARCÍA (EFE)
photo_camera Francis Franco. ANTONIO GARCÍA (EFE)

Varios testigos de la defensa aseguran haber visto a Francis Franco Martínez-Bordiu en Madrid el 30 de abril de 2012, el mismo día que se le acusa de haber embestido a una patrulla de la Guardia Civil en Teruel tras una persecución.

El nieto del dictador, que por estos hechos se enfrenta a seis años de prisión, está siendo juzgado acusado junto a otro exempleado suyo, Silviu Nicolae, de conducir el coche que embistió a unos agentes de la Guardia Civil la mañana del 30 de abril de 2012, tras una persecución iniciada por circular por la carretera N-234 con las luces apagadas.

El choque, supuestamente, provocó daños al vehículo oficial, además de lesiones a uno de los agentes, que dice que reconoció a Franco como conductor. Las investigaciones le sitúan en la zona gracias al sistema de localización de su teléfono móvil.

Franco ha ratificado su declaración de 2014, es decir, que en la madrugada del 30 de abril de 2012, cuando ocurrieron los hechos, se encontraba en Madrid

En la segunda sesión de la vista, ha declarado Javier Arenas, administrador en 2012 de Anseu SL, empresa propietaria de una gran finca en Aranda de Moncayo (Zaragoza) donde cazaba Francis Franco, y ha asegurado que vio a éste la mañana de los hechos en la oficina en Madrid.

Además, habló por teléfono con Marius Toader, el exempleado al que Franco sitúa como conductor del vehículo implicado y quien le comunicó que había tenido un "incidente con la Guardia Civil y que necesitaba hablar" con Franco.

En su declaración de este lunes, Franco ha ratificado su declaración de 2014, es decir, que en la madrugada del 30 de abril de 2012, cuando ocurrieron los hechos, se encontraba en Madrid y no en Teruel.

También ha declarado este martes un amigo de Franco, quien ha asegurado que el día de los hechos estuvo con él en Madrid y lo llevó en su vehículo a ver un piso, al taller a pagar la factura del vehículo de Franco que estaba en reparación y luego lo llevó a otro lugar, donde se separó de él.

El dueño del taller ha reconocido la factura del día 30 de abril y ha dicho que esa fecha se emite automáticamente, por tanto no se puede hacer una factura de un día anterior, aunque ha dicho no recordar si Franco acudió a su taller.

Otro de los testigos de este martes ha sido el hijo de Franco, quien ha declarado que Marius le llamó para pedirle usar el coche que luego estaría implicado

Tampoco ha podido concretar otro testigo cuál de esos dos días de puente festivo en Madrid quedó con Franco, con el que se había citado en un garaje para ver unas cuestiones de seguridad.

Otro empleado ha reconocido que, antes de los hechos que se juzgan, entregó el vehículo implicado a Silviu Nicolae para que se lo hiciera llegar a Marius Toader, tal y como le habían indicado desde la oficina de las empresas de Franco en Madrid.

Respecto a la declaración de Marius Toader, el exempleado al que Franco sitúa como conductor del vehículo implicado, la acusación particular que representa al agente lesionado ha renunciado finalmente a que comparezca a través de videoconferencia desde Rumanía, dadas las dificultades técnicas y las de agenda de los letrados para posponer la declaración para más adelante.

Toader aseguró en su declaración en el juzgado que, cuando se produjeron los hechos, se encontraba en Rumanía y que no había viajado a España desde 2011.

Otro de los testigos de este martes ha sido el hijo de Franco, quien ha declarado que Marius le llamó para pedirle usar el coche que luego estaría implicado y que estaba habitualmente en la finca. Ha asegurado que había quedado a comer en Madrid con su padre aquel 30 de abril y que, aunque tenía previsto quedarse en Madrid a trabajar aquel puente, acabó viajando a Teruel a entregar la copia de las llaves del vehículo implicado, tras las llamadas de la Guardia Civil a la oficina que así lo pedían.

Ha explicado que en aquella jornada recibió llamadas de Marius pero que "le entendía mal" y no fue hasta que Javier Arenas le "aclaró el asunto" cuando se enteró de lo que había pasado. El hijo del acusado ha explicado también que intentó hablar con su padre pero no pudo y, como otros amigos de Franco, ha admitido que era habitual que se dejara olvidado el teléfono y que conduce de manera muy esporádica pues cuenta con chófer.