Con el Ave llamando a las puertas de Galicia y un horizonte de finalización inminente –en teoría a finales de este mismo año operaría en pruebas–, la alta velocidad deja de ser un reclamo electoral y los principales partidos políticos, cansados de exprimir ese filón en las últimas convocatorias electorales, apuestan ahora por otra infraestructura: la autopista del Atlántico. Así, las principales fuerzas que se presentan a los comicios del domingo se comprometen a completar la petición unánime del Parlamento gallego de transferir la AP-9 a Galicia.
Aunque sobre el papel solo En Marea, En Común-Unidas Podemos y el BNG lo especifican en sus programas electorales –ni PP, ni PSOE ni Ciudadanos cuentan con programa territorializado–, lo cierto es que dirigentes populares y socialistas certificaron su compromiso con este traspaso, según el lucense Jaime de Olano y el coruñés Pablo Arangüena.
"Lo que quieren los gallegos es pagar menos y para eso no hace falta transferirla", alegan desde Cs
Así, el único oasis en esta petición generalizada sería Ciudadanos, donde son más prudentes y optan por analizar "pros y contras" de la transferencia. "Lo que quieren los gallegos es pagar menos y para eso no hace falta transferirla", zanjó la número uno por Pontevedra, Beatriz Pino.
Tanto En Marea como En Común-Unidas Podemos incluyen en sus programas la transferencia y el Bloque va incluso más allá, al sumar al paquete el traspaso de otra autopista estatal, la AP-53, que une Santiago y Lalín.
Además, estas tres formaciones políticas de izquierdas especifican en sus respectivos programas electorales su intención de completar transferencias para la comunidad gallega, que no deben quedarse simplemente en la AP-9. "Efectivizar as transferencias pendentes por parte do Estado para o desenvolvemento do Estatuto de Autonomía", señala En Marea. Igual que En Común-Unidas Podemos y Bloque, recuerdan que están pendientes de traspasar la inspección de trabajo, algunas materias de tráfico, una policía autonómica propia, circulación de vehículos y seguridad viaria, puertos de interés general del Estado, salvamento marítimo y sanidad penitenciaria, entre otras.
Otras de las infraestructuras más nombrada es el corredor atlántico para el transporte de mercancías en tren, en plena fase de desarrollo en la UE.
LA GUERRA DEL IDIOMA. Pero si en las infraestructuras el diagnóstico de las distintas fuerzas es más o menos coincidente, al abordar un asunto espinoso como la lengua gallega el acuerdo ya es más complejo. Ni PP ni PSOE incluyeron iniciativas sobre el idioma propio y defienden la situación actual. Cs quiere que el español sea "vehicular" en todas las aulas del Estado y, freten a ellos, En Marea, En Común y BNG buscan potenciar el gallego.
