Antonio Duarte, comisario jefe de la Brigada Central de Estupefacientes

"Hay una avalancha de cocaína en todo el mundo y en Galicia lo siguen intentando"

Recién llegado de la última cumbre de Interpol en Sudáfrica, el máximo responsable antidroga en España coordinó dos nuevas operaciones contra el tráfico de cocaína con ramificaciones en las Rías Baixas, una de ellas en Marín. Pero Duarte advierte: "Aquí establecen contactos, se reúnen y se organizan, pero la droga ahora entra por cualquier sitio"
El jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, en la redacción de Diario de Pontevedra. RAFA FARIÑA
photo_camera El jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, en la redacción de Diario de Pontevedra. RAFA FARIÑA

Melillense de nacimiento y gallego de adopción, Antonio Duarte está a punto de cumplir dos años al frente de la Brigada Central de Estupefacientes. El hombre que coordinó, entre otras, la operación Mito (que acabó con la red criminal de Sito Miñanco), hace un boceto de la situación actual del tráfico de drogas en Galicia y en España, en un escenario que cada día que pasa se convierte en más global. El comisario central, exjefe e impulsor de la unidad Greco en Pontevedra, pone el acento en la sobreproducción y revela que la presión policial ejercida en la Península ha obligado a los gallegos a modificar sus rutas de introducción de alijos, aunque sin olvidar su especialidad: los pesqueros y las planeadoras.

Esta semana han trascendido dos nuevas operaciones internacionales contra el tráfico de cocaína con ramificaciones en Galicia.

Es cierto. La más relevante es una investigación que partió de Greco Levante y que implicó a Galicia y a Barcelona, con gente de mucho nivel. Se dedicaban a meter importantes cantidades de mercancía y a blanquear los beneficios. Estaban implicados empresarios muy poderosos. En el doble fondo de un armario encontramos más de 700.000 euros. Además, hemos podido relacionarles con muchas aprehensiones que suman unos 4.000 kilos. Los gallegos están relacionados con los contactos a la hora de traerse la cocaína y con el blanqueo, pero esa es mi impresión inicial, porque estamos a la espera de obtener todos los datos. Sobre la de Marín, me permites que me reserve los detalles, pues aún está bajo secreto.

Estos días ha estado en Sudáfrica participando en la última cumbre de Interpol. ¿Qué conclusiones se obtuvieron allí?

Las conclusiones que se obtuvieron en ese encuentro no son buenas. Se habló de una avalancha de cocaína dirigida hacia todo el mundo. Lugares como Australia, donde el kilo está aún a 200.000 euros, están recibiendo mercancía. África es vital, como puente, para el envío de la droga. En Sudáfrica o en Guinea se está interviniendo cocaína dirigida hacia Europa, pero también hacia Australia. La producción es tan grande que los mercados naturales están saturados. En Asia se está interviniendo cocaína en gran cantidad, algo que era impensable en otros tiempos. Se están detectando contenedores en Oriente Medio y en África. Y los que baten récords en Europa siguen siendo Holanda y Bélgica. Estamos en un momento crucial porque están enviando muchísima droga. El jefe de Interpol nos felicitó por nuestro trabajo.

Los mercados naturales están saturados y están mandando coca para puntos como Asia y Australia

Será por algo...

Sí, claro. La idea que transmitimos es que no podemos bajar la guardia. La Policía Nacional es un referente en la lucha contra el narcotráfico. Cada vez son más los países que vienen a nosotros para asesorarse, para trabajar y hacer servicios conjuntos. Países de África se están sumando a esto, además de los colombianos, ingleses, portugueses o americanos, con los que siempre hemos tenido grandes relaciones. Aquí mantenemos la presión, la prueba de ello está en Galicia, donde llevamos trabajando muchos años. Hemos desmantelado todos los grupos. Solo quedan tres grandes organizaciones, pero sabemos quienes son y ellas saben que lo sabemos. Pero también acabarán cayendo.

Y han logrado desviar las rutas.

El negocio de la cocaína se ha diversificado muchísimo. Los cargamentos cada vez son más grandes, como se vio hace algunos meses con los 9.500 kilos que cayeron en Cabo Verde. Esa droga iba destinada a Europa, tanto al Occidente como al Este. Otro hallazgo descomunal fueron los 20.000 kilos intervenidos en Estados Unidos en un mercante de la MSC que se dirigía a Holanda. Eso indica que hay una producción bestial. La presión que ejercemos les obliga a dirigirse al Sur, hacia Marruecos.

Sin embargo, España mantiene un papel clave.

Detectamos que hay operaciones y que España es un sitio de entrada, eso parece inevitable. Pero ahora principalmente destaca por ser un lugar para las reuniones y el asesoramiento, dado que las organizaciones criminales intentan introducir la droga por otros sitios.

La ruta tradicional hacia el Noreste se está moviendo hacia el Sureste

¿Qué papel juega el gallego?

Lo de Sito Miñanco fue un golpe muy duro para ellos, logramos llegar al corazón. Ahora están buscando otras vías, como Europa del Este. El gallego sigue detrás, los lancheros hacen operaciones en Libia, les detectamos en el hachís, y las entradas de cocaína las llevan a cabo en otras zonas. La detención de Pombar Cameán fue muy importante, porque aportaba su infraestructura a distintas organizaciones españolas. Pero la ruta tradicional hacia el Noreste se está moviendo hacia el Sureste. Están empleando la rutas del hachís, incluso le cambian el envoltorio para introducirlo como si fuese ese otro tipo de droga.

¿Es más difícil controlar ahora la entrada de alijos?

Los narcotraficantes siguen intentando las operaciones marítimas en Galicia, y ahora corremos el riesgo de que los que están saliendo de prisión se incorporen a los sistemas nuevos, que nos complican mucho la investigación.

¿A qué se refiere?

Nos obligan a usar técnicas distintas de investigación. Se debería avanzar en la legislación. En Canadá, por ejemplo, las empresas que aportan blackphone (teléfonos que permiten comunicaciones encriptadas e indetectables) a los grupos criminales se quedan sin licencia para operar. Aquí debería ocurrir lo mismo.

Otro punto clave es Holanda...

Es un punto de entrada muy importante y allí hay grupos muy poderosos relacionados con España. Trabajamos con ellos y también lo hacemos en conjunto con la NCA británica.

TRÁFICO DE HEROÍNA
¿Cómo van las cosas en el Sur con el asunto del hachís?
En el Sur seguimos presionando, tanto la Udyco central como la Comisaría General, y los resultados se están viendo con claridad. Y en Galicia, la presión no disminuye. La Brigada Central trabaja de for ma constante.

Parece que el tráfico de heroína sigue muy presente.
Se han visto transportes mayores ante la introducción de heroína en contenedores, pero la distribución en España suele ser con cantidades de entre 10 y 50 kilos. Los pun tos clave están en el Sur de Galicia, Sevilla, Madrid y Barcelona. Los turcos ya han salido de prisión y se siguen dedicando a lo mismo, y se sirven de las organizaciones de etnia gitana para la distribución.

¿Qué otras sustancias estupefacientes preocupan a nivel global?
Una de las grandes preocupaciones que trascendió en Sudáfrica tiene que ver con el fentanilo (opiáceo sintético que está causando estragos en Estados Unidos). Se le dio a las personas en sustitución de otros productos farmacéuticos. Pero el problema es que eso engancha muchísimo, puede matar incluso por el contacto físico. Otra sustancia que sigue llegando con mucha fuerza a España es el cristal. Si nos vamos a África allí tienen otros problemas además de las drogas, con medicamentos como el tramadol o barbitúricos.

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