El tráfico de hachís sigue al alza, ya no solo por la gran cantidad de producción existente más allá del Estrecho, sino por el claro incremento de consumidores en la Península y en el resto de Europa. Para combatirlo, una de las unidades policiales de referencia es la Udyco, que en mayo de 2017 consiguió poner fin a las actividades de una organización criminal con ramificaciones internacionales y base en O Morrazo que tenía capacidad para surtir del derivado del cannabis a consumidores de todo el Sur de Galicia. El juicio, celebrado en Pontevedra, ya tiene sentencia: penas de seis años y diez meses de prisión para el cabecilla, seis años y siete meses para su principal colaborador, de nacionalidad argentina, y de tres meses de cárcel para un tercer individuo al que solo se atribuyó la pertenencia al grupo criminal.
El cabecilla que resultó condenado a la mayor pena era el que negociaba la adquisición de la droga, daba el visto bueno y ordenaba a los otros procesados que viajasen al Sur en busca del hachís
La banda, que tenía su centro de operaciones en Cangas y en Moaña, componía "un colectivo estructurado en el que cada uno de ellos desempeñaba funciones concretas, encontrándose subordinados unos a otros y que, de manera estable, desde luego durante el año 2016 y en los meses de enero y mayo de 2017, se dedicaba a transportar hachís que compraba en el Sur de España y en Marruecos para, una vez en Galicia, venderlo a menor escala entre los consumidores", detalla la sentencia.
El cabecilla que resultó condenado a la mayor pena era el que negociaba la adquisición de la droga, daba el visto bueno y ordenaba a los otros procesados que viajasen al Sur en busca del hachís. Para comunicarse con sus subordinados empleaba el teléfono o la mensajería instantánea, por lo que dejaba un rastro que no fue difícil de seguir por la Policía.
El hermano del anterior, que solo sería condenado por grupo criminal, solía acompañarle a Marruecos o a Andalucía, o bien acudir junto al tercer procesado, de nacionalidad argentina. Colaboraba en el transporte de hachís, aunque finalmente no fue condenado por ello. El sudamericano, por último, se encargaba de recibir los alijos de manos de otros intermediarios y subirlos a Galicia.
Las fechorías de estos individuos concluyeron de forma abrupta en plena AP-9, en la zona en la que se cruza con la A-55, cuando regresaban de uno de sus viajes en posesión de unos 40 kilos de hachís
Para ello, empleaban un vehículo con un doble fondo habilitado en el espacio que ocupa la radio, un BMW de alta gama, y solían alquilar otro que hacía de lanzadera para evitar controles de carreteras.
Las fechorías de estos individuos concluyeron de forma abrupta en plena AP-9, en la zona en la que se cruza con la A-55, cuando regresaban de uno de sus viajes en posesión de unos 40 kilos de hachís. La Udyco estableció un dispositivo para cazarles con las manos en la masa. Los sospechosos, lejos de colaborar con la Policía, decidieron intentar fugarse al verse sorprendidos. Para ello no dudaron en intentar arrollar a uno de los agentes y embestir a otro de los vehículos. Sin embargo, todo ello fue en vano, pues la droga y los traficantes acabaron cayendo.
Sí les sirvió su última maniobra para conseguir una condena más dura, pues de los más de seis años de prisión impuestos a los dos cabecillas, tres corresponden al delito de atentado a la autoridad.
El caso de Pablo es el ejemplo más claro de un joven que se inició, por los avatares de la vida, en el consumo de cannabis a una edad muy temprana. El abuso de esta sustancia le condujo, a través del muchas veces mencionado efecto escalera, a drogas con efectos aún más perniciosos, como la citada heroína. Le causó, al mismo tiempo, cuadros ansioso-depresivos que le llevaron a depender de diversos medicamentos. Su posterior entierro en el barrio de Monelos, en A Coruña, no estuvo exento de polémica, pues individuos de etnia gitana que supuestamente le vendían la heroína tiraron a la basura las flores en su honor.
II Congreso Internacional
Expertos procedentes de Estados Unidos, Islandia, Portugal, Reino Unido y España se encontrarán en Catoira a partir del día 7 de noviembre para participar en la segunda edición del Congreso Internacional del Cannabis, que, impulsado por el profesor Isorna, busca desmontar mitos acerca de las presuntas (e inexistentes) bondades del consumo de la citada droga. Juristas como el fiscal Antidroga, Pablo Varela, estarán presentes en el mayor evento sobre el tema en España.
UN LIBRO PARA DESMONTAR LAS FAKE NEWS Y CONTAR LA VERDAD SOBRE EL CANNABIS
Manuel Isorna Folgar, coautor del libro 'El consumo de cannabis y sus derivados. Mitos, posverdades y desafíos' junto a Antonio Rial Boubeta
La sede de la Fundación Galega Contra o Narcotráfico (FGCN) de Vilagarcía de Arousa acoge este jueves (17.20 horas) la presentación del libro El consumo de cannabis y sus derivados. Mitos, posverdades y desafíos, obra de los profesores universitarios Manuel Isorna Folgar y Antonio Rial Boubeta, y que nace con un objetivo claro: convertise en el manual de referencia para todos aquellos que quieran tener una información veraz, real y actualizada sobre los efectos del cannabis y sus derivados sobre la salud.
Isorna explicaba este miércoles al respecto que "es necesario que las evidencias científicas sobre el cannabis estén al alcance de todos. Con este trabajo buscamos que la población en general tenga acceso a esa información, que hasta ahora solo existe en inglés, y evitar así las noticias tergiversadas que aparecen en las redes sociales o páginas web".
Isorna subraya que el consumo de esta droga no para de crecer en Galicia, en especial entre los jóvenes, cuya percepción de los verdaderos riesgos que entraña es escasa o nula
La base del trabajo, que consta de 23 capítulos "muy amenos y fáciles de leer", según su autor, son las conclusiones aportadas por expertos en el I Congreso Internacional de Cannabis que se desarrolló en Catoira hace ahora un año. Isorna cargó contra la industria del cannabis, acusándola de estar detrás de muchas de las fake news que crean una realidad distorsionada sobre los efectos de esta droga. "Es una locura. El cannabis no es terapéutico, por muchas veces que se repita. Lo son ciertos cannabinoides y para enfermedades muy concretas, nada más. Pero el cannabis terapéutico no existe, como tampoco existe el cannabis recreativo. A la industria le interesa esa falsa creencia que incluso llega a la clase política, lo que es aún más preocupante".
Isorna subraya que el consumo de esta droga no para de crecer en Galicia, en especial entre los jóvenes, cuya percepción de los verdaderos riesgos que entraña es escasa o nula. "A la industria le interesa mucho esta falsa creencia y este libro, que sale prácticamente a precio de coste, está a disposición de todos los ciudadanos con el objetivo de que la información cierta y veraz circule".
En el acto de este jueves, en el que estarán presentes el conselleiro de Sanidade y el presidente de la Fundación Galega Contra o Narcotráfico, entre otras personalidades, los ponentes ofrecerán datos del que consideran "preocupante" aumento del consumo del cannabis en Galicia, cifras procedentes de un minucioso estudio al respecto.
