La familia de la niña muerta en Muimenta continúa sin datos de la investigación

Ni juzgado ni investigadores le confirmaron si la pequeña presentaba heridas que pudieran apuntar a una asfixia

Los niños participantes en los Xogos da Mancomunidade lucieron el número 403 en recuerdo de Desirée. SILVIA IGLESIA
photo_camera Los niños participantes en los Xogos da Mancomunidade lucieron el número 403 en recuerdo de Desirée. SILVIA IGLESIA

Los familiares de Desirée, la niña de siete años fallecida el pasado viernes en Muimenta en extrañas circunstancias, están sufriendo un doble calvario: al dolor por la muerte de la pequeña se ha unido muy a su pesar el derivado del hecho de que, seis días después de fallecimiento, no han recibido dato alguno sobre la investigación, ni desde el juzgado ni por parte de los investigadores. El mutismo oficial que rodea el caso, que está bajo secreto de sumario, mantiene incluso a los familiares más directos en la mayor de las incertidumbres, ya que ni siquiera saben si la muerte tiene indicios de violencia ni qué restos se han enviado a analizar tras autopsia.

De hecho, en varias ocasiones familiares directos de la niña, tanto por parte paterna como materna, se han acercado hasta el juzgado de instrucción 1 de Vilalba para tratar de obtener alguna aclaración, pero la jueza que dirige el caso les ha negado cualquier dato. Tampoco los han obtenido de los agentes de la Guardia Civil que llevan la investigación, ni de ninguna otra fuente oficial policial o judicial.

El delegado del Gobierno dice que no se descarta "ninguna de las posibilidades" sobre el fallecimiento de Desirée

Solo habló este martes oficialmente el delegado del Gobierno, quien aseguró que no se descarta "ninguna de las posibilidades" sobre la muerte de la niña.

No se pronunció sobre las alarmantes informaciones según las cuales la pequeña presentaba lesiones en la boca y el cuello que podrían ser compatibles con una asfixia mecánica ejercida con una prenda o con una almohada.

Eso habría provocado su muerte por una parada respiratoria, que en principio no se atribuyó a elementos externos, pero que tras la realización de la autopsia se cree que sí pudieron ser determinantes. Las heridas serían de pequeño tamaño, por lo que no habrían sido apreciadas por varias de las personas que estuvieron el viernes por la mañana en la habitación en la que apareció el cadáver, en la cama en la que había dormido con su madre. Esta sigue desde entonces hospitalizada en la unidad de psiquiatría del Hula, tras haber sufrido un ataque agudo que agravó la depresión que arrastraba.

Entre otras muestras, se analizarán las manchas aparecidas en un pijama bajo la cama de la madre, por si fueran de sangre

En la habitación de la madre también se recogió un pijama con manchas que podrían ser de sangre, otro de los extremos que deberán aclarar los resultados de los análisis químicos encargados al laboratorio de Toxicología Forense de la USC y que determinarán si se ordenan detenciones. El laboratorio también emitirá dictamen sobre los restos de pastillas hallados en la habitación.

FRÍA ACTITUD. La madre de Desirée llegó al hospital lucense custodiada por agentes y, entre los que la atendieron en esos primeros momentos, sorprendió la frialdad que mostró ante la muerte de su hija, así como las manchas de sangre que llevaba en su ropa.

VERSIONES EN EL COLE. Además de conocer qué pasó realmente con Desirée, la otra gran preocupación en estos momentos en Muimenta es conseguir que el suceso cause el mínimo trauma posible entre los compañeros de colegio de la pequeña, de siete años. El problema, según explicaron varios padres y madres, es que una preocupación va íntimamente unida a la otra: no saben cómo pueden ayudar a aclarar las dudas de sus hijos sin conocer al menos las causas del fallecimiento.

Y es que, según comentan, los niños no dejan de escuchar las conversaciones de los mayores y no pueden evitar a su vez compartir entre ellos su preocupación por la ausencia de su compañera. El resultado, sin embargo, es que cada niño llega a casa con una versión diferente y para los padres es muy difícil ayudarles a sobrellevar su preocupación en estas circunstancias.

Algunos incluso han pensado en consultar con algún psicólogo para ver cuál es el mejor modo de afrontar este tipo de situaciones, pero las respuestas que reciben es que todo se hace mucho más difícil para los niños al no poder darles a todos una misma solución en función de si ha sido una muerte fortuita o provocada. Y es que, tarde o temprano, los pequeños de Muimenta acabarán por enterarse.

Unión vecinal en una localidad rota
Si hay algo por lo que siempre se caracterizó Muimenta, una pequeña localidad que roza los 800 habitantes, es por la unión vecinal, un vínculo que se hace sentir ahora más si cabe desde el trágico suceso que el viernes impactó de lleno en la localidad chairega. 

El fallecimiento de Desirée conmocionó a los vecinos, que con el paso de los días fueron demostrando que los lazos se estrechan aún más cuando los momentos se hacen más difíciles. 

"Estamos desfeitos", comentan algunas voces. Pero pocos quieren romper el silencio. Y aunque reconocen que todo parece empeorar según avanzan los días y la información va llegando a cuentagotas, nadie quiere creer y menos señalar mientras el círculo se estrecha para arropar a una familia muy conocida y querida en una localidad donde el asociacionismo y la dinamización del rural están en su ADN. 

Los vecinos de Muimenta consiguieron con su propio esfuerzo impulsar una fiesta de interés turístico como la Festa da Filloa, mantener una feria como la Moexmu, recuperar el patrimonio para crear un museo del antiguo oficio de los zoqueiros y una escuela o promover cada año una reunión de juegos tradicionales, que se celebrará esta vez el próximo 2 de junio.

Y la abuela de Desirée, que tuvo durante años una tienda de decoración en el bajo de la casa familiar, es parte activa de ese movimiento cultural y social. Fue hasta hace unos meses la presidenta de la asociación cultural Aquilino Iglesia Alvariño, realiza los trofeos del club de tenis y participa en todas y cada una de las grandes citas de la localidad. 

"É cruel e inhumano todo o que se está facendo", se quejan algunos, mientras todos se unen pidiendo "prudencia" y sobre todo "respecto", aunque cada vez son más los que urgen que se levante el secreto de sumario para evitar, al menos, las especulaciones y las conjeturas que hay ahora. "Chegados a este punto xa é mellor saber a verdade porque isto é moi difícil", reconocen los vecinos, que saben que el trágico suceso dejará una huella difícil de borrar. 

Con la intención de tratar de recuperar algo de normalidad este domingo se celebrará la comida de voluntarios de la Festa da Filloa que se canceló el domingo pasado —también se suspendió una charla de la asociación cultural— tras la trágica muerte de la niña.