La Fiscalía ha introducido en su escrito contra J.G.F., un entrenador de Mos (Pontevedra) acusado de abusar sexualmente de dos menores, una acusación alternativa de abuso sexual con prevalimiento respecto a una de ellas, en caso de que se acepte la tesis de la defensa de que, cuando el hombre inició las relaciones con ella, el Código Penal aún no había elevado la edad de consentimiento a los 16 años.
A pesar de que el juicio se celebró la pasada semana a puerta cerrada en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, fuentes cercanas al caso han comunicado a Europa Press que la Fiscalía mantuvo las conclusiones de su escrito inicial, si bien introdujo la modificación "con el objetivo de que los hechos no queden impunes" en caso de que se acepte la premisa de la defensa.
En concreto, la Fiscalía pide en total 26 años y 8 meses de prisión para este varón, de 38 años de edad en el momento de su detención, al que acusa de un delito continuado de abusos sexuales y elaboración de pornografía infantil sobre una niña de 14 años a la que entrenaba en un equipo de fútbol, y de exhibicionismo y abuso sexual sobre otra menor de 16 años.
Durante la vista "hubo una discrepancia entre defensa y acusación, relativa al inicio de los hechos" vinculados a la primera menor. De esta forma, el Ministerio Público insiste en que el inicio de las relaciones fue entre diciembre de 2015 y enero de 2016, cuando ya estaba en vigor la reforma del Código Penal que eleva la edad de consentimiento de los 13 a los 16 años.
No obstante, la defensa situó el inicio antes de que esta reforma entrase en vigor —en julio de 2015—, con lo que sitúa la edad de consentimiento en los 13 años. Es por ello que, aunque la Fiscalía mantiene la calificación respecto al resto de delitos, introduce la acusación alternativa de abuso sexual con prevalimiento, cuya pena sería de 10 años de prisión en lugar de 12.
Con ello, considera que, "aún en el caso de un supuesto consentimiento de la víctima, seguiría produciéndose el abuso", pues entiende que el varón se aprovechó de "una concreta y especial situación de superioridad, confianza, prestigio, edad o potestad con respecto a la víctima para poder cometer con éxito el acto criminal".
