Miguel Ángel Solla Piñeiro se encontraba con su familia en la marinense playa cuando a eso de las nueve de la noche divisó al escualo, un tiburón azul, acercándose a un grupo de niños pequeños que apuraban el último baño de la tarde para desprenderse quitarse la arena de la playa. Según relata Solla, en cuanto lo vio imaginó que el animal estaría "buscando comida", por lo que decidió "echarle la mano" para luego devolverlo al mar.
Este no es el primer escualo que se deja ver en estas aguas. Precisamente, a finales del pasado mes de julio un adolescente madrileño que pasaba unos días de vacaciones en Marín pescó una cría de esta especie en estas mismas aguas.
