Feijóo, once años desde la crisis económica a la sanitaria

El líder del PPdeG debutaba al frente de la Xunta tal día como hoy en 2009 con mensajes de ánimo en plena recesión económica, un escenario no tan distinto al actual

Tal día como hoy de 2009, Alberto Núñez Feijóo prometía –que no juraba– su cargo como presidente de la Xunta en el Parlamento de Galicia, en un acto en el que dedicó buena parte de su discurso a animar a los gallegos en un momento en el que la crisis económica empezaba a asomar con dureza. Ahora, once años después, aquel mensaje del político de Os Peares está más vigente que nunca, con el pueblo confinado por otra crisis, aunque en este caso tenga un componente  sanitario además del económico.

"Para superar a crise e situar a Galicia no lugar no que merecen as súas xentes é imprescindible que todos saibamos arrimar o lombo", pedía Feijóo a la sociedad que pocas semanas antes le había encomendado en las urnas la tarea de dirigir a Galicia en medio de la recesión económica que ponía medio mundo patas arriba. Con el entonces ministro Manuel Chaves como testigo, junto a la ya presidenta de la Cámara Pilar Rojo, el mandatario gallego insistió en ese mensaje que bien podría repetir en cualquiera de sus comparecencias de estos días en plena crisis sanitaria. "A tarefa que temos por diante é tan apaixoante como inxente".

LA TRAYECTORIA. Feijóo conocía la magnitud del reto que tenía por delante, pero lo que seguramente no sabía el también líder del PPdeG es que dispondría de tanto tiempo para llevarla a cabo. Reeditó su mayoría absoluta en las elecciones de 2012 y 2016, lo que lo convirtió en el presidente con más años al frente de la Xunta tras Manuel Fraga.

Pero la trayectoria de su Gobierno hasta hoy no fue siempre igual. En una primera etapa, buena parte de su gestión estuvo marcada por la crisis económica, que condicionó la política presupuestaria y limitó el gasto. En medio de estos años también estalló el grueso de los casos de corrupción en la política, el periodo de las macrooperaciones judiciales que castigaron a los partidos y que, unido a los efectos de la crisis, situaron a los políticos en el punto de mira de los ciudadanos. Un divorcio para el que, por cierto, todavía no hubo reconciliación plena.

Y al final, especialmente desde 2014 y 2015, la Xunta ya dispuso de más alegría presupuestaria para desarrollar otro tipo de gestión más expansiva y alegre. Con ella se plantó Feijóo en 2020, después de varios conatos de salto a la política nacional que quedaron en nada y con unas elecciones autonómicas a las puertas. A ellas llegó convencido de que sus once años de gestión son el mejor aval para cosechar otra mayoría. Sin embargo, el desenlace tendrá que esperar. La crisis del coronavirus hizo saltar por los aires el calendario y cualquier previsión. Ahora lo que toca es afrontar la crisis, igual que once años atrás.

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