"Cando parou o bus foi un pouco desconcertante". Así comienza Keko Vilariño el relato de su experiencia en la AP-6, donde este domingo quedó atrapado durante 12 horas el bus en el que viajaba este lancarés junto al resto de jugadores del Cerceda.
"Non sabiamos o tempo que ibamos estar alí nin o que iba pasar", explicó el jugador, que asegura que el hecho de viajar con sus compañeros ayudó a que la espera fuese mucho más llevadera.
El bus del Cerceda quedó atrapado a causa del temporal de nieve en un punto entre Villacastín y El Espinar en Segovia, a unos 45 minutos del peaje. Durante esas doce horas –desde las 21 del sábado hasta las 12 del domingo–, los jugadores no pudieron cenar ni desayunar. "Pasámolo mal polo tema da comida", admitió Vilariño.
Afortunadamente, no pasaron frío, ya que el autobús tenía suficiente combustible y pudo quedar encendido durante toda la noche con la calefacción activada. Aún así, conciliar el sueño no fue tarea fácil. "Durmimos mal. Uns enriba doutros", comentó.
Ya por la mañana, los jugadores salieron del vehículo para "estirar as pernas" y vieron la llegada de las máquinas quitanieves, que comenzaron a despejar la vía.
Como consecuencia del retraso, el partido que el Cerceda iba a disputar el domingo contra el Navalcarnero tuvo que posponerse hasta este lunes. Según explica el jugador, el club madrileño le puso "todas as facilidades" al equipo gallego. "O trato do Navalcarnero, moi ben", apunta.
