Sanxenxo será pionero en España en redistribuir los usuarios de las playas

Prevé parcelar Silgar con 780 cuadrículas de dos plazas, pero se podrán anexionar hasta 4 para dar un aforo máximo de 12 personas

El alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, presentó este miércoles un novedoso sistema de redistribución de los usuarios de las playas, que, en principio, se aplicará a los tres arenales urbanos del municipio: Silgar, Panadeira y Carabuxeira

En el caso concreto de Silgar, la playa fetiche del municipio con más banderas azules de España, se prevé dividir la superficie en cuadrículas, de tal modo que se crearán un total de 780 divisiones, de dos plazas cada una, lo que permitiría un aforo máximo de 1.500 usuarios. La cifra podría elevarse hasta más de 2.300 en los momentos de máxima afluencia, aprovechando la marea baja y los espacios libres entre las cuadrículas y el muro de la playa.

Martín fue especialmente incisivo en que su propuesta cumple escrupulosamente todas las medidas de seguridad impuestas por el estado de alarma. Así, hay una franja entre el mar y la primera línea de cuadrículas de 7 metros de ancho en la pleamar, que llegaría a los 30 en la bajamar, donde podrían jugar los niños y dedicarse al paseo.

El sistema permite un aforo de 1.500 usuarios, que podrían llegar a 2.300 con la marea baja y aprovechando espacios libres

La playa dispondrá de cuatro accesos perpendiculares de 6 metros de ancho que irán desde el muro hasta la primera línea del arenal. Entre las cuadrículas habrá pasillos de 3 metros de ancho para facilitar la entrada y la salida de los bañistas. Además, toda esta situación estará regulada por unos acomodadores, que se encargarán de instalar a los bañistas y de velar por que no se cometan abusos o un uso indebido de las nuevas divisiones.

Dado que la fase 3 de la desescalada no comienza hasta el 8 de junio, se prevé que esta medida no entre en vigor hasta mediados de ese mes, "sempre segundo as indicacións que nos vaian dicindo dende o Goberno", según apuntó el alcalde sanxenxino.

Se trata de la primera propuesta formal y viable que se realiza en España para regular los usos de las playas, lo que despertó una inusitada expectación mediática, con cobertura de varios medios nacionales e incluso conexiones en directo con programas de máxima audiencia.

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