Claves para reducir la contaminación en invierno

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La reciente aparición de Greta Thunberg ha logrado abrir los ojos a parte de la sociedad, aunque antes de su irrupción en los medios de comunicación de medio mundo ya eran muy numerosos los habitantes que se mostraban plenamente concienciados sobre la necesidad de cuidar el planeta.

El invierno se ha convertido en una de las épocas en las que más necesario es proteger la Tierra. Y es que durante los meses de bajas temperaturas se producen elevados índices de contaminación. Detallaremos una serie de claves que están pensadas para reducirlos de forma considerable. Así pues, tú también puedes ayudar a que el ecosistema se preserve en un estado aceptable.

Sustituir la caldera antigua por una de condensación

A medida en que las ayudas de ciertas CCAA para renovar las calderas fueron desapareciendo, los españoles dejaron de apostar tan firmemente por la renovación de las mismas. Por suerte, algunas empresas se muestran muy comprometidas con los cuidados al planeta, por lo que proponen una ayuda económica similar a la de antaño. Un claro ejemplo reside en esta oferta plan renove en calderas.

Los clientes se benefician de un descuento de hasta 150 euros, facilitando así la adquisición de un modelo que contamine mucho menos que el actual. Precisamente en este sentido son altamente recomendables las conocidas como calderas de condensación.

En efecto, la primera clave para contaminar menos en invierno consiste en instalar una de estas calderas en tu domicilio gallego. Las cifras que hacen referencia a las emisiones tanto de dióxido de carbono como de óxidos nitrógenos son sensiblemente inferiores, beneficiándose de ello la flora, la fauna y todo lo que engloba la Tierra en general, incluyendo por supuesto los seres humanos.

Tarde o temprano acaba amortizándose el gasto efectuado para la instalación de una caldera de condensación, no solo con la ayuda prestada al planeta. Adicionalmente también es reseñable el menor gas consumido que se deja notar en la factura, superando el ahorro un total de más de una cuarta parte.

Todo ello es fruto del máximo aprovechamiento que se consigue al tratar con el vapor generado por el agua, sacándole partido a su elevada temperatura por medio del calor latente. Poco a poco en Galicia van dejándose ver más calderas de condensación, siendo conscientes los propietarios de lo mucho que llegan a colaborar con el medio ambiente.

Abrir las persianas para habilitar el calor solar

España es un país extremadamente soleado. Si bien es cierto que la región gallega no puede afirmarlo con tanta rotundidad, son muchos los días invernales en los que existe la posibilidad de aprovechar los rayos que emite el incombustible astro.

Sin embargo, sobre todo al irse de casa temporalmente –por ejemplo para acudir al puesto laboral– demasiados propietarios e inquilinos optan por mantener las persianas bajadas. Alegan motivos de seguridad, pero lo cierto es que con las ventanas debidamente cerradas e incluso rejas es más que suficiente para mantener la inviolabilidad del espacio propio.

¿Por qué es importante dejar abiertas las persianas? Principalmente porque algunas de ellas, la mayoría a día de hoy, hacen gala de una buena calidad en términos de aislamiento. Así pues, repelen los rayos UV con todo lo que ello acarrea a nivel positivo, pero también negativo. Y es que el calor solar no incide en el interior del domicilio.

Ello acarrea un mayor gasto en términos de calefacción. Todo lo contrario sucede si las persianas permanecen abiertas durante gran parte del día. La temperatura mínima del interior pasará a ser ligeramente superior, por lo que alcanzar la cifra deseada de grados no será tan costoso.

Desplazamientos interurbanos sostenibles

En líneas anteriores hemos mencionado el hecho de abandonar el domicilio temporalmente, ya sea para ir a trabajar, comprar, realizar recados, etcétera. Muchos de estos desplazamientos tienen lugar en la misma ciudad, convirtiéndose los vehículos eléctricos en la elección ideal, especialmente los dos que recomendaremos.

Concretamente nos referimos al patinete y la bicicleta. Son elementos mucho más limpios que las motocicletas y los automóviles, sin acarrear la necesidad de cumplir con unos horarios establecidos como sucede con el transporte público. Aun así, en invierno son dejados a un lado por parte de algunos gallegos.

Ello es comprensible teniendo en cuenta las gélidas temperaturas a las que se enfrentan los habitantes, sobre todo si se desplazan a primera hora de la mañana. Para todas estas personas tenemos la solución ideal: ropa térmica de lana de oveja merina –fundamental que el tejido sea elaborado al cien por cien mediante dicho material–.

Se trata de un magnífico aislante que mantiene la temperatura corporal a una cifra de grados óptima. De esta manera podrás ir en un patinete o una bici que funcione con electricidad sin que el frío propio del invierno haga mella en ti. Con una sola carga serás capaz de hacer aproximadamente 30 kilómetros.

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