Uno de los mayores gurús del vino, el estadounidense Robert Parker, ya publicó su lista de vinos 2011 en la popular revista 'The Wine Advocate', que firman él y su experto equipo de catadores.
En ella pudieron colarse más de 100 caldos gallegos, muchos de ellos tirando por lo alto de los 90 puntos que marcan la excelencia segundo su sistema de puntuación que valora aroma, buqué, paso en boca y el posgusto. Los de las Rías Baixas son, una vez más, los grandes triunfadores galaicos, con 51 botellas en el ránking, 26 de las cuales superan la barrera de los noventa.
Destaca, tirando por lo alto de todos, el Sketch de Raúl Pérez, un albariño que envejece bajo bateas de la ría de Arousa, que obtuvo 96 puntos y se situó undécimo entre todos los caldos españoles. Los datos para la viticultura gallega no podían ser mejores, y más teniendo en cuenta que en 2005 sólo figuraban cinco vinos de la comunidad en la prestigiosa lista.
Es curioso el caso del Rúa 2010, un blanco de la bodega cooperativa 'Virgen de las Viñas' que alcanzó los 90 puntos en la escala Parker y que costaba 1,5 euros. Hasta ahora, claro, porque se algo dá muestra del referente que supone el sumiller estadounidense es la influencia que tiene en los precios de los vinos que valora, muchos de ellos agotados después de recibir una nota positiva de su equipo.
O GURÚ QUE ERA ABOGADO
Robert Parker (Baltimore, 1947) comenzó a escribir sobre vinos como un hobby. El que ahora es el crítico más influyente era, a principios de los 70, un abogado de Maryland, hasta que un buen día decidió escribir una guía de caldos con la que pretendía servir de ''letrado del consumidor''.
La publicación pronto conseguiría los 600 suscriptores y se convertiría en 1979 en la hoy célebre revista 'The Wine Advocate'. Pero el salto a la fama mundial de Parker no llegaría hasta 1982, cuando calificó la cosecha del Bordeos diera año como soberbia, la diferencia del resto de los críticos de vino. Dos años después dejaría definitivamente su trabajo de abogado.
Ahora, su prestigio es tal que son muchos los productores que parkerizan sus vinos para amoldalos al gusto del catador.
