Dieta atlántica, infalible para vivir más y mejor

El libro "Yantares gallegos: historia de la dieta atlántica" y su versión en gallego y algo resumida "A mesa e os manteis" está en las librerías desde hace dos meses con casi 3000 ejemplares en total, editado el primero por la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y la Asociación Galega de Estudos da Dieta Atlántica (ASGAEDA) y el segundo forma parte de la colección "Mandaio" de la editorial "Biblos".
 
Su presentación en Baiona (Pontevedra) el dia 13 de agosto de 2010 contó con el autor y representantes de los promotores como el presidente de ASGAEDA, el catedrático endocrinólogo Aniceto Charro, el vicerrector dela USC Francisco González García y otras autoridades como el alcalde de la villa Jesús Vázquez Almuiña.

Historias de 2000 años de comida y bebida

El profesor de Historia Contemporánea de la USC Xavier Castro es autor de varios libros relacionados con la alimentación y la cocina en Galicia basados en investigaciones antropológicas y sociológicas del autor que también centró algunas de sus obras en el mundo del vino como la anterior a "Yantares gallegos" que fue "A rosa do viño. Cultura do viño en Galicia" editado por Galaxia en 2009.

En su explicación del último libro, Castro descartó afirmaciones como la que relaciona la aparición de los viñedos en Galicia con la llegada de los romanos y su extensión con los monjes cistercienses y dijo que antes de llegar los romanos había vino "aunque todavía desconocemos el origen, por ejemplo, del albariño pero sí presenta similitudes con variedades del Rhin".

Los gallegos de los castros, según el autor, bebían vino en ocasiones muy especiales y otra bebida fermentada del tipo de la cerveza, según las evidencias arqueológicas, aunque sí es cierto que los romanos trajeron al noroeste español variedades como la "caíño", "treixadura" o "torrontés", entre otras.

El profesor universitario aludió a alimentos tan tradicionales como las "filloas", el "pulpo á feira", el pan, la empanada, las conservas, castañas y "papas de millo" para explicar su aparición en relación con cultivos gallegos o con los llegados de América a partir del siglo XVIII, como la patata, el tomate, el maíz y otros.

El pan de fiesta o "filloas", el pan centeno y el pan blanco

Xavier Castro dijo que en el siglo XVII, sólo las familias acomodadas europeas conocían el tenedor, instrumento que no se generalizó hasta el siglo XX "así que se comía con las manos y las filloas hacían el papel de pan en los días de fiesta por su facilidad para comerlas, mientras que se consumía pan centeno para las comidas de diario y pan blanco o de trigo en las casas de los ricos".

La historia del pan gallego se completará con la llegada del maíz, que entró en Europa por las Rías Baixas y en poco tiempo, transformó el paisaje y la dieta de Galicia, además de crear una riqueza que favoreció el desarrollo del barroco gallego en monasterios y catedrales.

"Todo se aprovechaba y eran tiempos difíciles pero nada indica que en Galicia se pasase más hambre que en el resto de España y Europa pues eso fue así en todas partes hasta que las mejoras tecnológicas permitieron conservar los alimentos durante más tiempo y así poder repartir su consumo durante todo el año" agregó.

La "dieta atlántica" creada por las gallegas es infalible para tener salud y vivir más

El caldo que aúna vegetales, carnes y grasa, el pimentón llegado de América y que hizo más coloridos y apetitosos los fiambres tradicionales, las patatas y cientos de alimentos fueron elaborados por campesinas gallegas "que comían y bebían menos que los hombres" y fraguaron fórmulas culinarias exitosas que hoy son garantía de salud, atractivo turístico y referente fundamental en la identidad de Galicia, según Castro.

Ese elemento de indentidad incluye, según el profesor, costumbres como comer despacio y otras que propiciaron que la penetración de otras formas de comer fuese mucho menor en Galicia que en el resto de España.

También aludió a los tallajes de mozos que comenzaron a hacerse en el siglo XIX, con la aparición del servicio militar obligatorio y señaló que los documentos indican que los gallegos tenían una envergadura semejante a la media -salvo dos provincias que superaban esa media- lo que es la mejor muestra de que la "dieta atlántica" nunca fue inferior a otras formas de comida.

Por su parte, el presidente de ASGAEDA, Aniceto Charro, aludió a un estudio realizado por La Caixa de Catalunya antes del verano en el que se evidencio que en Galicia y norte de España la longevidad media es de cinco años más que en el resto de España.

"Los gallegos tenemos que seguir comiendo lo que comimos siempre porque es bueno, sólo hay que mejorarlo sin envidiar nada a la más famosa dieta mediterránea basada, entre otros, en el consumo de aceite de oliva, algo que en Galicia también abundó y que suma sus beneficios a los del aceite delpescado de nuestras costas", agregó.

Apeló a las empresas conserveras gallegas que bajo sus latas indican que el contenido, por ejemplo, de sardinas es de "dieta mediterránea" para que no cometan el error de desdeñar ese pescado como elemento de "dieta atlántica" pues en realidad identificarlo así sería un "plus".

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