Gastronomía de lujo a domicilio

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Hace cuarenta años el restaurador gallego Cándido Iglesias Barciela decidió establecerse en Barcelona y convertirse en uno de los principales embajadores de los productos culinarios de su tierra.

Fue en el año 1986 cuando este emprendedor decidió abrir un restaurante en pleno centro de la ciudad condal con la ayuda de su mujer, Purificación Fernández. A esta inciativa, llamada 'Rías de Galicia', se unirían posteriormente sus tres hijos, Borja, Juan Carlos y Pedro, y acabarían por consolidarlo como un próspero negocio familiar, que ahora da el salto a internet.

Marisco de las dársenas gallegas
Los productos que la familia Iglesias y su equipo ofrecen en el restaurante provienen sobre todo de las dársenas gallegas. Y ha sido esta apuesta por los productos de la tierra la que ha impulsado a muchos gallegos y oriundos de Barcelona, a visitar este restaurante para poder degustar pulpo, lacón con grelos o un buen caldo.

Pero el restaurante no sólo es visitado por curiosos de toda la península. Su servicio de intérpretes y su carta son prueba de ello. Ésta última está traducida a diez idiomas extranjeros, incluidos el finlandés, el árabe y el ruso, para que así nadie pida caviar iraní pensando que es foie de oca.

'Gatrojoieria', el salto a la web
Conscientes de que las nuevas tecnologías ayudan a acortar distancias, los Iglesias han decidido ampliar el negocio apostando por la red. Así, en la página web de 'Gastrojoieria', cualquier amante de la buena mesa puede pedir por encargo los mismos productos que se sirven en rías de Galicia.

En este catálogo gastronómico interactivo se pueden encontrar todo tipo de alimentos, bebidas, aderezos o accesorios. Entre estos últimos se incluyen objetos tan exclusivos como caviareras o vaporizadores de aceite y vinagre.

Un vaso de agua Bling
Pero lo más curioso es el apartado de aguas, en el que se pueden adquirir botellas de países tan lejanos como Groenladia, la Patagonia o Tasmania, e incluso probar el agua Bling, proveniente de Tennessee, Estados Unidos, a 55 euros la botella de 75 centilitros y decorada con cristales de Swarovski.

El problema del espacio y el tiempo en los envíos se ha solucionado con unos embalajes isotérmicos, lo que no evita que para poder degustar una especialidad haya que desplazarse hasta la capital catalana, ya que estos platos sólo se reparten en Barcelona.

De momento, la familia no planea abrir más restaurantes 'porque esta época de crisis no es la más apropiada', aunque no descartan una expansión en el futuro. Hasta que esto suceda, por un mínimo de 150 euros, cualquiera puede concederse un capricho en forma de delicatessen recurriendo a la página web de los Iglesias

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