Internet: una revolución tecnológica y social que lo ha cambiado todo

La red de redes ha alterado por completo nuestros hábitos en todos los aspectos posibles

Google

Desde que comenzar a colarse en nuestros hogares, no ha hecho más que convertirse en algo indispensable para nuestro día a día. Ha pasado de ser algo restringido a los ordenadores a estar en nuestros bolsillos o incluso nuestras muñecas a través de nuestros smartphones y dispositivos como los smartwatch. Nos permite estar al tanto de todo, comprar, leer, buscar, informarnos, divertirnos, relacionarnos… Si, hablamos de internet.

La gran red de redes es uno de los más claros ejemplos de lo que pueden lograr los avances tecnológicos. Nacida con fines militares y normalizada como un gran lugar en el que tener acceso a una fuente ilimitada de información, ha conseguido ser el medio con el que llevar a cabo gran parte de nuestras actividades gracias también al continuo soporte y mejora de los usuarios y las empresas, de los dispositivos y los sistemas.

Su extensión es tal que ha conseguido cambiar por completo nuestros hábitos de vida. Si pensamos en cómo eran las cosas hace diez años y en cómo son ahora, podemos ver que todo ha cambiado de manera increíble. No necesitamos usar correos tradicionales, no necesitamos llamar por teléfono, no tenemos que ir a cines si no queremos, tampoco ir a supermercados. Todo es distinto, más cómodo, más accesible, más inmediato.

La versatilidad de esta tecnología es la que, precisamente, logra hacer que pueda aplicarse en tantos ámbitos, que traiga consigo tantos cambios y que la usemos tanto. Un estudio reciente señalaba que las personas llegan a pasar un total de 24 horas a la semana conectadas, y probablemente haya cifras mucho más elevadas en casos concretos. ¿La culpa? La facilidad de su uso y la cantidad de soluciones que aporta.

Pensemos, por ejemplo, en algo tan simple como hacer la compra. Antes, una persona tendría que ir a una o varias tiendas, consultar catálogos, ojear productos, comparar precios y finalmente decantarse por aquello que desea, pagar por ello y llevarlo a casa. Ahora, solo tiene que coger su smartphone, conectarse a internet, entrar en tiendas online y mirar. No hay que moverse, no hay que ir de un sitio a otro; puedes mirar infinidad de catálogos y productos, ver comentarios y opiniones de otros compradores y realizar la compra desde el salón de tu casa si lo deseas.

Esto es solo la punta del iceberg. Si miramos a otros campos, vemos hasta qué punto han cambiado las cosas con la llegada de las tres uves dobles. Uno de los casos más llamativos es el de los casinos. Si bien antes era habitual ver estos recintos en grandes ciudades o incluso en pequeñas, ahora los jugadores pueden acceder a través de internet a portales como CasinoTopsOnline para jugar y ganar dinero en ruletas, cartas, tragaperras o apostando.

De hecho, hasta las apuestas han cambiado. Lo tradicional aquí es ir a mercados relacionados con deportes como el fútbol, el baloncesto, las carreras de caballos y similares; pero ahora, con las conexiones online y el boom de la industria del videojuego, también es posible apostar en Esports, en competiciones de videojuegos con algunos de los mejores jugadores de todo el mundo.

Nos está cambiando la vida, hasta el punto de cambiar cómo nos relacionamos con los demás. ¿Conocer gente? Hay aplicaciones para encontrar pareja, para hacer amigos o para, simplemente, conocer a otros con gustos similares. ¿Comunicarte con los demás? Puedes recurrir a apps de mensajería instantánea o incluso entrar en redes sociales para compartir fotos con amistades, con familiares o hasta para encontrar a esas personas que hace décadas que no ves.

El impacto de la gran red es algo imposible de cuantificar y mucho menos de evidenciar. Cada vez aparecen más y más plataformas nuevas en el océano digital, pensadas para ofrecer todavía más soluciones y hacer de la vida algo mucho más sencillo. Todo está cambiando, y lo más importante aún, a un ritmo imposible de frenar.

Desde el cómo las personas interactúan entre ellas hasta algo tan tradicional como alquilar una película es distinto a día de hoy. Netflix, YouTube, Twitter o Facebook son varios de los nombres más populares a día de hoy y que más personas mueven a diario, haciendo de perfecto ejemplo de cómo todo es distinto a como era en el siglo XX.

Lo mejor es que no hay intención de parar y que precisamente una de las bondades de internet es que tiene un potencial ilimitado. Voluble, maleable y siempre con sitio para nuevas soluciones y propuestas. Si hemos visto todo esto que hemos mencionado, y más, en el corto ciclo de vida que posee, ¿qué más cambios podrá traer en las próximas décadas? Las apuestas están servidas.

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