La rubia gallega de la cerveza

Seis gallegos asentados en Barcelona, entre ellos un vecino de O Incio y otro de Monforte, son los creadores de Birrantia Marela y Birrantia Trigo País, dos cervezas artesanas que ya causan furor en Cataluña y que podrían comercializarse en poco tiempo.

la asembleaCultural Galega de Barcelona (ACGB) trabaja por la promoción de la cultura gallega de manera progresista y su integración con la cultura catalana. Es además el germen de numerosos proyectos en el ámbito cultural, social y lingüístico y dentro de la asamblea conviven varios grupos que llevan a cabo actividades de todos los tipos, desde una ludoteca para potenciar el gallego como lengua vehicular entre los más pequeños hasta Birrantia, un colectivo que, en palabras de sus fundadores «ama a Galicia y a la cerveza prácticamente a partes iguales».

Ramón Casanova es monfortino, reside en Barcelona y forma parte de la ACGB. Él y otros cinco gallegos son el alma de Birrantia. Casanova explica que hace un tiempo, coincidiendo con el auge que la elaboración de cerveza artesana tiene en Cataluña, varios miembros del grupo hicieron unos cursos para conocer el proceso de elaboración de esa bebida. Todavía no son maestros cerveceros con el prestigio de ingleses o irlandeses pero, como inicio, pusieron su conocimiento a servicio de la ACGB y compraron la infraestructura mínima para empezar a ajustar la fórmula y sacar una cerveza ‘made in Barcelona’ pero con alma gallega.

Tras varias pruebas y muchas degustaciones -«no se tiró nada», aclara Casanova- Birrantia sacó dos cervezas. Una de ellas es del tipo ‘pale ale’ y se denomina Birrantia Marela. Su base es la malta de cebada y tiene un toque amargo. Es contundente y pensada para paladares habituados a la cerveza. Pero también hicieron una Birrantia Trigo País, elaborada con malta de cebada y malta de trigo más fresca y ligera.

Explica Casanova que el proceso de elaboración de ambos productos es totalmente natural, sin aditivos ni preparados artificiales, en el que se emplean malta y lúpulo de gran calidad adquiridos en Cataluña y agua que procede directamente de Galicia. Los promotores del producto advierten que no tienen nada en contra de los manantiales catalanes, pero querían que el sello gallego llegase a una botella de Birrantia a través del agua. El equipo de cerveceros trabaja con tiradas de 100 litros, que fermentan durante dos meses y siguen madurando en botella hasta un máximo de un año, al contrario que las cervezas industriales, donde la fermentación se corta en el momento del embotellado.

Desde hace unos meses las dos variedades de Birrantia ya hacen las delicias de todos los actos de confraternidad que organiza la ACGB y las botellas que trajo Casanova a Monforte estos días que estuvo de vacaciones con su familia literalmente «volaron».

Ante esta buena acogida, Birrantia ya piensa en la comercialización y para ello solo falta ultimar detalles burocráticos como los registros sanitarios. «Tenemos la marca y todo el diseño preparado, así que esperamos que el proyecto crezca pronto sin perder de vista que trabajamos como colectivo», comenta el monfortino. La botella de estas cervezas es tipo boliche, como las antiguas de gaseosa, con un tapón de cierre con brida. La etiqueta va en gallego y su imagen es una vaca, la Marela, «nuestra rubia gallega particular», dice Casanova.

De todas formas, el monfortino aclara que empezaron con Birrantia como algo cultural. «Todos entendemos, especialmente en una zona como la Ribeira Sacra, que el vino es una cuestión cultural, que influye en nuestra manera de ver el mundo, de relacionarnos y de reunirnos con los demás», argumenta Casanova, «apoya el concepto de comunidad». «La cerveza en Galicia no llega a ese punto, pero en Inglaterra o Irlanda sí que tiene una vinculación cultural; dentro de la asociación queremos que sea un elemento cultural más», concluye. Y, ya que habla de los países cerveceros, Casanova aclara que su producto comparte más con las cervezas inglesas que con las irlandesas.

Este monfortino regresará en breve a Barcelona para retomar su vida profesional y seguir participando en la ACGB, que mantiene encuentros una vez al mes. La parte de la cerveza es quizás uno de los proyectos más innovadores.

De los seis promotores de Birrantia, ninguno está relacionado con la elaboración o manipulación de alimentos. Tampoco procede de familia de viticultores o sidreros ni tiene relación con el sector de las bebidas. Casanova apunta que solo hay un químico pero que tampoco tiene vínculos con ese mundillo. En este sentido, para todos los integrantes fue una gran experiencia porque, además de resolver su pasión con la cerveza, les permite cortar con la rutina diaria, con los horarios laborales y disfrutar de una actividad mucho más manual.

Comentarios