Saúl Ameliach: “En el futuro será habitual el uso de la piel sintética”

En la actualidad, la piel sintética es empleada en la investigación y en trasplantes para grandes quemados pero el experto en nuevas tecnologías e ingeniero en petroquímica Saúl Ameliach anticipa un futuro en el que este avance tecnológico será de uso común

A principios de año un grupo de investigadores españoles logró desarrollar un prototipo de bioimpresora en 3D que es capaz de fabricar piel humana y que es completamente funcional, una piel que puede ser usada tanto para trasplantes  como en la investigación y prueba de productos cosméticos y farmacéuticos.  Esta impresora es capaz de elaborar una piel sintética que replica la estructura natural de la piel. Para Saúl Ameliach, experto venezolano en nuevas tecnologías e ingeniero petroquimico, este logro es un eslabón más en el uso cada vez más cercano de la piel sintética en multitud de aplicaciones.

Ameliach ha destacado en su apoyo a la construcción sostenible de edificios y en la utilización de materiales de futuro en la construcción pero ahora Saúl Ameliach nos habla de la piel sintética para humanos como gran avance tecnológico, que puede mejorar de forma sensible nuestra calidad de vida.

¿Cómo se fabrica la piel sintética?

Según explica Saúl Ameliach, la piel sintética humana podrá servir en un futuro cercano para mejorar la salud humana. Hasta ahora, la principal aplicación de la piel artificial se ha producido en quemados. Se trata de una piel fabricada a base de polímeros, injertada para reemplazar la piel quemada. Este tipo de tejido intenta ser lo más semejante posible a la piel original.

Para que una piel sintética sea efectiva, asegura Saúl Ameliach, debe ser lo más idéntica posible a la humana y completamente compatible pues, en caso contrario, produciría rechazo. La integración absoluta con la piel natural del paciente es el objetivo buscado.

Cada vez estamos más cerca de conseguir una piel sintética completamente funcional, con las mismas capacidades y características que la piel humana original”, afirma Saúl Ameliach.

A este respecto, uno de los últimos avances que ha desarrollado la ciencia es una piel artificial que podría hacer sentir a los robots. Ingenieros norteamericanos han desarrollado un proceso para imprimir en 3D dispositivos electrónicos que podrían generar una piel sintética capaz de sentir su entorno. Los investigadores anticipan como siguiente paso la elaboración de tintas semiconductoras y la capacidad de imprimir sobre un cuerpo real.

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