Vapear, la forma más sofisticada de fumar 'sin fumar'

Un hombre vapeando. PIXABAY
photo_camera Un hombre vapeando. PIXABAY

El hábito de vapear se ha ido instalando en nuestra sociedad en los últimos años como alternativa a los clásicos pitillos. Sin embargo, el uso de los cigarrillos electrónicos todavía genera división entre los que comparan esta práctica con el tabaco y los que defienden que, por el contrario, sus efectos adversos no tienen nada que ver en absoluto.

Es más, son múltiples las voces que anuncian con datos los beneficios de estos cigarros electrónicos en la lucha contra el tabaquismo e incluso en la conservación del medio ambiente.

Por el contrario, el uso de estos dispositivos se ha asociado desde diversos estamentos sociales con problemas pulmonares similares a los del tabaco, si bien los casos más mediáticos han estado influenciados por la mala práctica de determinados usuarios. "El problema que pasó en Estados Unidos (pero no en Europa, donde la normativa es mucho más férrea) es que se adulteraron líquidos para utilizarlos en vaporizadores o cigarrillos electrónicos, y a esos líquidos se les añadieron sustancias más nocivas, incluso THC. Esas sustancias sí que provocan un daño pulmonar, mientras que las habituales en los vapeadores son hidrosolubles y no producen daños salvo la irritación previa por el paso del aire calentado por las vías respiratorias. El daño no estaba en el cigarrillo electrónico, sino en esas cargas adulteradas", defendió en una entrevista a El Confidencial Fernando Fernández Bueno, cirujano oncológico del Hospital Gómez Ulla y miembro de la Plataforma por la Reducción del Daño por Tabaquismo.

¿Qué es vapear?

Pero antes de analizar en profundidad las particularidades de esta alternativa al tabaco, deberíamos definir con exactitud esta práctica. Vapear consiste en inhalar el vapor de agua generado por un sistema electrónico a través del calentamiento de una mezcla denominada líquido de vapeo o e-Liquid, que puede contener distintas dosis de nicotina o directamente ninguna.

La mayor diferencia con los cigarrillos convencionales radica en que estos dispositivos no contienen tabaco, por lo que no presentan las sustancias derivadas de la combustión de un pitillo ni humo, que en su lugar es sustituido por vapor –de ahí el término vapear–. "El vapeo es un 95% menos dañino que el tabaco tradicional, porque los vaporizadores no emiten los carcinógenos del tabaco", destaca el médico Fernández Bueno.

Los cigarrillos electrónicos funcionan con una batería cuya función es la de calentar el citado líquido para convertirlo en un aerosol de partículas diminutas –vapor–, un cartucho o depósito que contiene dicho líquido, y una boquilla o abertura utilizada para inhalar el aerosol. El líquido está formado principalmente por cuatro ingredientes en distintas proporciones: glicerina vegetal, propilenglicol, aromas y, de forma opcional, nicotina.

Como muestra, en cigarrillo electrónico en línea en Terpy se pueden descubrir los mejores dispositivos del mercado y sus múltiples opciones.

Dejar de fumar

Los expertos que han estudiado el mundo de los cigarrillos electrónicos destacan el vapeo como una de las medidas más efectivas en la lucha contra el tabaquismo.

Recuperando el testimonio de Fernando Fernández Bueno, el oncólogo asegura que "cada vez está más claro que los dispositivos de liberación de nicotina o de reducción de daños, bien utilizados o con un buen asesoramiento médico, consiguen tasas de deshabituación tabáquica de hasta el doble respecto a métodos tradicionales. Me parece un acierto y un adelanto, y espero que España tome nota para erradicar el tabaquismo con este tipo de dispositivos".

Además, un estudio elaborado el pasado año 2020 por Sigma Dos, encargado por la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (Upev), confirmó que el 40,7% de las personas que utilizan cigarrillos electrónicos creen que son una ayuda para dejar de fumar tabaco convencional y, además, hasta un 31,2% señalan que mejoran el estado de salud.

En el trabajo, tal y como ha explicado el subdirector de Investigación de Sigma Dos, José Luis Rojo, en un encuentro digital organizado por Europa Press y titulado El perfil del vapeador en España y falsos mitos sobre el vapeo, se han realizado un total de 510 entrevistas a personas de Valencia, Madrid y Barcelona que utilizan cigarrillos electrónicos.

Así, se ha observado que el 93% de los usuarios de estos dispositivos son exfumadores; más del 78% lo utiliza de forma exclusiva (el 21,3% lo combina con el tabaco convencional); y el 81,9% lo usa a diario, especialmente los hombres (84%).

"El hecho de que el 93% sean exfumadores muestra que los cigarrillos electrónicos son la puerta de salida del tabaco, y no la puerta de entrada como muchos dicen. Y es que el principal objetivo del vapeo es lograr que los fumadores dejen el tabaco", comentó el presidente de la Upev, Arturo Ribes.

Ribes ha destacado también los esfuerzos que está realizando el sector para evitar que los menores de edad utilicen los cigarrillos electrónicos, informando de que, por ejemplo, en las compras online se ha generado un sistema de doble check en el que se pide adjuntar el DNI del comprador.

Finalmente, tanto el presidente de Upev como la presidenta de la Asociación Española de Usuarios de Vaporizadores Personales (Anesvap), Ángeles Muntadas-Prim Lafita destacaron que hay "cientos de miles de personas que han dejado de fumar tabaco con esta tecnología disruptiva". "Sabemos que hay un cinco por ciento de los cigarrillos electrónicos que no pueden ser bueno para la salud, pero nosotros no comparamos el vapeo con respirar el aire puro de las montañas, sino que estamos hablando de una alternativa al tabaquismo", ha zanjado Ribes.

Medio ambiente

Los defensores del cigarrillo electrónico destacan otro aspecto fundamental en la lucha contra la contaminación: la eliminación de las colillas, el principal residuo recogido en el medio ambiente mundial.

Estos desechos de los cigarros tardan décadas en desaparecer y contaminan los mares, dañan la biodiversidad o provocan incendios forestales.

Diversos estudios destacan desde hace años la ingente cantidad de residuos causados por el vertido de las colillas a nivel global. Un artículo del boletín de la Sociedad Americana del Litoral aseguraba en el año 2000 que son la forma más común de basura en el mundo, con millones de kilos diseminados por todo el planeta.