Visita al mercado para conocer

Foto: PEPE ÁLVEZ
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Josep Pla decía que cuando se visita una ciudad pequeña hay que ir a la librería principal para saber un poco más de las interioridades de su población. Así lo hizo en Lugo el escritor del Ampurdán; entró y repasó la librería Balmes. Lo cuenta en ese libro de viaje hacia Lisboa, con varias paradas en ciudades gallegas que incluye un almuerzo en Vigo con Cunqueiro, Torrente Ballester -creo recordar que está también en los Cuadernos de la Romana- y no me atrevo a asegurar que en la foto aparezca José María Castroviejo.

Pueda que fuese Vázquez Montalbán el que aconsejase visitar los mercados, las plazas de abasto, para tener conocimiento directo también de una ciudad, de su nivel de vida, de su cultura gastronómica y de la huerta y los cultivos próximos a la ciudad. Esos que hacen la comida del mercado.

Con la librería y la plaza de abastos se puede establecer un perfil aproximado y bastante exacto de una ciudad.

Esta semana pasé una mañana, con lluvia y frío, por la plaza de abastos de Lugo. Fue una observación rápida, no con suficiente detención, a la espera de un a cita en la cafetería de un hotel próximo. Hay buenos puestos en la parte alta. Buena frutería. Eso, al menos, me pareció destacado ese día. Tampoco me pareció detalle menor encontrar quesos de las Baleares. Quizás no fuese la hora de mayor concurrencia, sobre las once de la mañana.

La parte baja estaba bastante desierta en las ofertas. Quizás dominase la vertiente de flores, jardinería hasta forestal.

En la próxima visita he de ir a esa propuesta de pasta fresca italiana, y buena pizza, de la que todas las referencias son buenas entre quienes en Lugo ya la degustaron. Es una vía para potenciar estos mercados.

Recuerdo que llegamos a Lausanne en coche y al salir del aparcamiento nos econtramos con un mercado en la calle que era una auténtica celebración para los sentidos. Las patatas estaban presentadas por variedades para poder elegir, con su cartel correspondiente, y por tamaños. Algo que se aproxima lo veo en las visitas a Palafrugell, en las inmediaciones de la plaza de abastos , en una calle que lleva a la plaza principal. Oferta rica y plural de la huerta del Ampurdán. Sucede lo mismo con el pescado en la plaza.

Las plazas de abasto y los mercados están ganando fuerza como lugares de encuentro para el disfrute de la comida y como punto para adquirir los mejores productos en la compra para el hogar. Madrid o Barcelona cuentan con excelentes ejemplos para comprar lo mejor o para tomarse un buen vino con unas buenas tapas. En Galicia son buenas, de las que conozco, las plazas de abastos en Santiago y la plaza de Lugo en A Coruña. Son clásicas. Han sido remodeladas con acierto. Cuentan con muy buen producto. El mar en A Coruña y la huerta del Ulla en Santiago, aunque en esta se se encuentra marisco equiparable al que se ve en el Mercado de la Paz en Madrid -el mejor puerto de Galicia decían que era la capital del Reino-. Las buenas almejas de Carril están en la plaza de Santiago.

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