A pesar de todo, Centinelas

Contra viento y 'marea', una asociación de Santiago permanece fiel en la labor de ayudar a mujeres en riesgo de exclusión social
Mujeres inmigrantes atendidas por Centinelas
photo_camera Mujeres inmigrantes atendidas por Centinelas

Puede que alguien recuerde la polémica entorno a la situación que la asociación Centinelas vivió con el Concello de Santiago el año pasado. Este había aprobado en un pleno la concesión de 3000 euros para la financiación de una actividad formativa dirigida a madres muy jóvenes, una de las principales acciones de la asociación. "Al cambiar el signo político del gobierno después de las elecciones, decidieron no respetar las normas democráticas y negarnos tal ayuda" cuenta Ana María Robles, la presidenta de la asociación. El grupo de Compostela Aberta justificó la decisión en base a la "ideología" de Centinelas. El mismo argumento fue esgrimido para retirar las subvenciones a Red Madre, pues a ambas organizaciones se las tildó de ser provida y antiabortistas.

Los estatutos de Centinelas no mencionan nada de la interrupción voluntaria del embarazo

La respuesta de la presidenta de Centinelas fue clara: sus estatutos no mencionan nada de la interrupción voluntaria del embarazo, aunque como más tarde reconoció la concejala de Políticas Sociales, Concha Fernández, no los habían leído. Su respuesta fue que la asociación le "sonaba" y que estaba enmarcada en este ámbito político, adjudicándole una ideología política y religiosa al respecto. El hecho de ayudar a mujeres con hijos, labor que comparte con Red Madre fue suficiente para retirar la subvención, a pesar de la insistencia de Centinelas de que no participan en ningún movimiento provida. En palabras de Robles "parece que el hecho de ayudar a mujeres que tengan hijos nos convierte en sospechosas de reaccionarias. En Galicia, con un problema de envejecimiento de la población evidente, me parece, como poco, una actitud imprudente". La Concellería de Políticas Sociaís no quiso hacer más declaraciones que las realizadas el año pasado, cuando se refirió a "unha liña vermella política e ideolóxica" que la ONG compostelana supuestamente cruzaba.

LA LABOR DE CENTINELAS. Si nos hablan de la discriminación de la mujer, nos vienen a la mente imágenes de tierras lejanas, de culturas ajenas, gobiernos despóticos y países tercermundistas. Duele reconocer que la injusticia también florece en la vieja Europa, baluarte y defensora de los derechos humanos, pero ciega a la hora de proteger a sus hijos más maltratados. Duele admitir que en la escandalosa cifra de los excluidos, las mujeres lideran el porcentaje. Y más aún con la reciente crisis y las consecuencias que esta ha traído consigo.

En este contexto socioeconómico "una mujer con hijos a su cargo y que esté sola, con un tejido social y familiar escaso o inexistente, si cabe, tiene una vulnerabilidad altísima" advierte Robles. Muchas se ven indefensas, a veces sin formación académica, pocas habilidades sociales, incapaces de buscar empleo y por encima con serios problemas de autoestima. La sociedad mira para otro lado, alejando sus ojos de esta desagradable vista. Son las historias, muchas veces dramáticas e inaceptables, que llaman a la puerta de Centinelas.

Tratan que las propias mujeres sean "ellas mismas agentes activas de su propio empoderamiento", dice Robles

La asociación empezó hace tres años en Santiago con un objetivo: ayudar a madres con hijos en riesgo de exclusión social. A pesar de las ayudas de Gobierno e instituciones, la labor de Centinelas es estar ahí para acogerlas y ayudarlas a salir adelante. Son madres que están solas y sin recursos en su tarea de criar a sus hijos y lo que esta asociación hace es guiarlas, informarlas, les acompañan en el proceso de acudir a servicios sociales, les dan formación para salir al mercado laboral y les ofrecen un espacio para encontrarse con otras mujeres con las que pueden hacer el camino hacia una vida digna.

De todas sus labores, formar a estas mujeres es la más importante, retomar los estudios que nunca acabaron o tomar cursos que faciliten la búsqueda de empleo. También trabajan para que sepan adaptarse a la sociedad, a tener amor propio, la crianza de los hijos y siempre mirando por que "ellas mismas sean agentes activas de su propio empoderamiento".

En paralelo a esto, aunque solo cuando la situación lo requiere, les facilitan a las madres productos básicos, como alimentos, productos de higiene, material escolar, a fin de cubrir necesidades antes de trabajar a largo plazo.

Además, disponen de un banco de recursos para objetos que obtienen en calidad de préstamo, como sillas de bebé, cunas, ropa de niños... cosas que devuelven una vez que ya no las necesitan. Esto cumple un doble propósito, por un lado, ellas mismas son partícipes y responsables de su propio itinerario de reinserción, por otro, le da a la asociación la garantía de que recuperarán lo prestado en condiciones óptimas. En palabras de su presidenta, "este es nuestro particular granito de arena" a la lucha contra el "consumismo descarnado".

REFUGIADOS. Los refugiados sirios llevan ocupando las noticias durante los últimos meses, pero aunque ya no salgan en los periódicos, el resto de inmigrantes, subsaharianos, magrebíes, latinoamericanos, de Europa del Este... siguen llegando a España de todas las esquinas del mundo, huyendo de sus infiernos particulares. Muchos pasan a engrosar las filas de los excluídos. Sin formación, experiencia o conocimiento alguno que les permita salir de su situación, muchas veces sin saber español, las mujeres migrantes se ven con las manos atadas para dar a ellas mismas o sus hijos una vida mínimamente digna.

Centinelas pone en marcha programas de integración, alfabetización y formación para inmigrantes

La respuesta de la asociación compostelana es poner en marcha programas de integración, alfabetización y formación, para las mujeres que ya forman un nutrido grupo dentro de las más de cien que Centinelas atiende en el área metropolitana de Santiago (a veces desplazándose a los vecinos municipios de Ames y Padrón).

TODA AYUDA CUENTA. Esta no es una potente ONG de alcance global. Sin grandes donantes, Centinelas sale adelante con las subvenciones de la Xunta, que les permiten desarrollar programas concretos de igualdad, inserción o alfabetización. Para el resto de actuaciones, sobre todo las de tipo asistencial que suelen ser las más apremiantes, cuentan con las donaciones privadas y las cuotas de los socios, que suponen una cantidad mínima. Para Robles, es "una suerte contar con un gran grupo de colaboradores, personas que creen que la solidaridad y el feminismo no se gestionan en los salones, sino que se deben encarnar en las realidades concretas de mujeres que más que vivir, sobreviven".

AL PIE DEL CAÑÓN. A pesar de los inconvenientes la asociación espera seguir adelante en su labor: "Queremos seguir en nuestra línea de acoger, acompañar, y pelear por la dignidad de las mujeres". Sin embargo, cara el futuro les preocupa el "carácter hereditario de de la exclusión social", pues en el actual contexto de crisis, a los niños les será muy difícil liberarse de la pobreza en la que viven sus madres. Por eso trabajan en ese aspecto, para que este vínculo madre-hijo se convierta en un acicate y no una carga, para seguir luchando por salir de su situación y conseguir la necesaria independencia que todo ser humano merece.

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