Opinión

Lobotomía y represión en el sur

Hay personajes que han vivido varias vidas en una y es difícil que no nos encontremos en alguna. En estos tiempos en que sabemos lo que es vivir confinados o paralizados, que lo reaccionario ataca al progreso y que la salud mental al fin forma parte del debate, es impensable no recordar al dramaturgo Tennessee Williams en su 110º aniversario.
táboa

LA VIDA QUE se esconde en el alias que utilizaba Thomas Lanier Williams III podría ser sin desentonar uno más de los personajes malditos y castigados que abundan en la obra del dramaturgo, alguien imprescindible en la literatura del siglo XX y uno de los más importantes autores de las letras estadounidenses.

Tennessee Williams (Estados Unidos, 1911-1983) forma parte de la generación que trabajó y expandió el estilo gótico sureño, junto a Truman Capote, Flannery O’Connor y William Faulkner. Este grupo de escritores utilizaban elementos sobrenaturales o, por lo menos, de una profunda extrañeza para dar lugar a la acción y describir la cultura dominante del Sur de Estados Unidos, con especial interés por lo social y las luchas. Sin embargo, en el caso de Williams, él solo tuvo que mirar a su propia biografía.

La casa en la que nació es actualmente el Centro de Bienvenida a Misisipi, una de las oficinas de turismo de Columbus, pero en su momento fue el hogar de su abuelo materno, el rector de la Iglesia episcopal en la ciudad, y lugar en el que creció junto a su madre y su hermana Rose. La rígida moral impuesta por la religión ocupó el espacio de autoridad que pertenecía a su padre, ausente por ser viajante de calzado.

Este núcleo familiar inestable y rígido es el epicentro de todos los problemas que acompañaron a Williams a lo largo de su vida. Cuando lograron abandonar el hogar del abuelo para independizarse, descubrieron que su padre, amable en los dos días a la semana que estaba, era en realidad alguien alcohólico e irascible con tendencias violentas y que se hacía más agresivo con el paso del tiempo.

Incapaz de concebir algo que no perteneciera a la norma. No bastaba con parecer normal, había que serlo. Mediocre.

Este carácter impredecible chocaba frontalmente con el de su madre, una persona nada sumisa pese a su creencia, con un gran amor hacia el concepto de familia e incapaz de concebir algo que no perteneciera a la norma. No bastaba con parecer normal, había que serlo. Mediocre. La salvación de Tennessee Williams fue su hermana Rose, alguien a quien sentía como uno más de sus órganos vitales.

La escritura llegó a él por una desgracia y a una temprana edad. Cuando sumaba solo 11 años, contrajo una grave difteria y durante dos años estuvo postrado en la cama, paralizado y aislado. En ese momento acababa de sufrir su primer revés amoroso y había comenzado su afición hacia Chéjov. En vistas de esto y la imaginación que mostraba, su madre decidió regalarle una máquina de escribir y lo animó a dar forma a sus ideas.

Sin embargo, esta afición no fue bien recibida por su padre, quien comenzó a llamarle ‘Miss Nancy’ en tono homófobo burlándose del pasatiempo de su hijo al considerarlo algo de mujeres y por la forma física que la enfermedad le había legado, muy frágil y de aspecto afeminado. Debido a la hostilidad del hogar, Williams asumió un rol invisible y se refugió en su hermana, quien lograba sacarle una sonrisa con absurdas ideas.

Apurando los años para catar libertad lejos del Sur y buscando deliberadamente una evasión al sufrimiento, Tennessee se centró en la lectura y renunció a toda forma de vida sentimental. Escribía, ganaba algún concurso con premios de cinco dólares ycon suerte era publicado en revistas literarias. Con la llegada de la Gran Depresión, se vio forzado a trabajar en la fábrica de su padre y allí sintió la humillación pública y la frustración.

Williams decidió que entraría en la universidad para estudiar Periodismo, pero su interés por la actualidad era ínfimo en comparación con el que sentía por las artes


No renunció en ningún momento a su máquina de escribir. Empataba las jornadas laborales con noches en vela pulsando teclas. Su madre lo despertaba en ocasiones entre papeles y rastros de tinta para que no llegase tarde a la fábrica. Tras este episodio, Williams decidió que entraría en la universidad para estudiar Periodismo, pero su interés por la actualidad era ínfimo en comparación con el que sentía por las artes.

Entonces su carrera teatral arrancó gracias a los espacios y grupos que existían tanto en el campus de Missouri como en el de Washington o Iowa, lugares en los que estudió pero sin grandes méritos. Se inició como dramaturgo con piezas de un solo acto y fracasando en cada estreno. No lograba causar el ruido que pretendía trasladar a las tablas.

Fue en esta época en la que sus compañeros de fraternidad, la Alpha Tau Omega, decidieron cambiarle el nombre a Tennessee debido a su acento sureño muy dulce con el que casi cantaba en lugar de hablar. Hay cierto escepticismo acerca de este hecho debido a sí fue algo orgánico o deliberado por parte del autor en un intento por encajar, pero su calado es tal que borró su anterior identidad por completo.

En los años posteriores se alejó del hogar para intentar disipar la influencia que habían tenido sobre él, lamentando también la distancia que se interpone entre él y su hermana. Viviendo en Nueva Orleans recibe la amarga noticia de ser llamado a filas para la Segunda Guerra Mundial, amarga porque no quería formar parte de ello pero más aún al ser descartado sin mediación por problemas cardíacos y psiquiátricos, eufemismo de su homosexualidad.

Entonces decidió mudarse a Nueva York, capital de las artes y vidas libres. Tras un par de breves relaciones, Tennessee asumió plenamente su sexualidad y comenzó a mostrarlo en sus obras junto al resto de aspectos que lo habían atormentado. Descubrió el sexo con 25 años debido a una mezcla de miedo y puritanismo, pero fue la culpa lo que más lo perseguía en todos sus encuentros. Era incapaz de sacarse su hogar del interior.

Su hermana Rose, que había vivido de manicomio en manicomio a lo largo de los años tras ser diagnosticada con esquizofrenia


Intercalando trabajos tanto de camarero como de limpiabotas, fue capaz de sacar adelante diferentes estrenos en teatros, obra a obra, hasta conseguir algún que otro premio pero de segunda línea. No lograba afianzarse.

El gran cambio en su vida y escritura vino de la mano de una trágica noticia, casi como apretar un gatillo que amenazaba desde tiempo atrás. Su hermana Rose, que había vivido de manicomio en manicomio a lo largo de los años tras ser diagnosticada con esquizofrenia y otras dolencias, iba a ser intervenida de una lobotomía prefrontal por orden de sus padres.

La cirugía fue un completo fracaso, dañando de modo irrevocable a Rose y dejándola incapacitada para el resto de su vida. Esto sumió a Tennessee en un adicción al alcohol que mezclaba con reproches hacia sus padres, a los que nunca perdonó. En sus diarios, el dramaturgo escribió: "Rose. Su cabeza cortada abierta, Una navaja punzando en su cerebro. Yo. Aquí. Fumando".

Tras sufrir de nuevo las consecuencias de un universo tan complejo como el sureño, decidió abrazar sus orígenes y plasmar esa sociedad. De este episodio nace ‘El zoo de cristal’, su primer gran éxito en el que retrata a su madre y hermana. Con 34 años, Tennessee pasó a ser una auténtica celebridad. Su visión desgarrada de una zona ignorada del país chocaba frontalmente con la moda del momento, centrada en musicales ligeros y comedias estándar.

Su hermana Rose, que había vivido de manicomio en manicomio a lo largo de los años tras ser diagnosticada con esquizofrenia


Desde esta obra se habla de un estilo concreto y elevado, una literatura soberbia que retrata una sociedad derrotada tras la guerra de Secesión que no se ubica en la modernidad, el progreso social y el abandono de la fe cristiana.

En los mundos de Tennesse Williams se habla del esclavismo y las plantaciones con cierto orgullo en medio de una atmósfera prohibitiva y violenta, con una tensión entre lo que se hace y lo que se piensa. Sus personajes, en especial los femeninos, se debaten con intensidad entre cuestiones pasionales y la eterna culpa. La convención social es un marco asfixiante para todos. Esta profundidad ha propiciado que sus obras sean las más adaptadas al cine siempre en compañía de las estrellas de primera línea.

Tras ese primer éxito, llegaron Un tranvía llamado deseo y La gata sobre el tejado de zinc, sus dos grandes éxitos tanto en teatros como en pantallas y ejemplos absolutos de la escritura de Williams. A estos títulos se les suman La rosa tatuada, La noche de la iguana, De repente, el último verano, 27 vagones de algodón o el guión de la película Baby Doll. En este auge de éxito, Williams recibe prestigiosos galardones como el Pulitzer o nominaciones al Oscar.

En todas estas obras y en otras menores puede apreciarse el interés de Williams por los inadaptados y perdedores, posibles marginados y desamparados. Todos estos personajes son realismo y sueño a la vez, un punto medio entre ser y desear pero inundados por la soledad. Confesado por sí mismo, todos ellos son representaciones de su familia y exageraciones de situaciones que conoce de primera mano.

Su hermana Rose, que había vivido de manicomio en manicomio a lo largo de los años tras ser diagnosticada con esquizofrenia


De hecho, es sencillo trazar esquemas de similitudes en sus obras en lo referente a personajes. En su lucha entre individuo y sociedad siempre aparece un aristócrata decadente, una joven víctima de un macho, el hombre sensible y artista, el hombre agresivo, abiertos todos ellos a las variaciones puntuales y siempre frente a una figura que representa la rebeldía y lo marginal.
Con el éxito en pantalla y su visibilidad ampliada, también sus demonios se magnificaban.

Gracias a él se pudo romper y rehacer el canon cinematográfico, influenciando décadas de teatro y cine, su grandeza se diluyó por culpa de sus adicciones y escándalos. Pese a amar sin reservas a Frank Merlo, su pareja durante casi dos décadas, era sabido su grado de infidelidad hasta el punto de que se lo describiese como un entusiasta de la promiscuidad.

Cuando Frank cae enfermo de un cáncer terminal, lo acompaña hasta la muerte y se sume en una profunda depresión en el proceso de la que nunca saldrá. Su obra cada vez es menos fresca e interesante, pasando a ser cada vez alguien más indiferente. Es abandonado por todo el mundo.

En referencia a su invisibilidad forzada, escribió en un artículo para el New York Times: "Nadie es tan consciente como yo de que soy ampliamente considerado como el fantasma de un escritor, un fantasma todavía visible, excesivamente sólido en carnes y quizás demasiado ambulante".

El 25 de febrero de 1983, Tennessee Williams fue encontrado sin vida en la suite de un hotel por un empleado. La autopsia determinó que había fallecido por asfixia al atragantarse con un tapón que tragó por accidente al abrir un bote de colirio con los dientes. No pudo vomitar porque estaba anestesiado. No sobrevivió a su pasado, pero al menos nunca olvidó lo que su hermana le dijo y guardó como un tesoro en su diario: "No te rías jamás de la locura. Es peor que la muerte".