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cummings, las minúsculas

Antonio Costa cree, con e. e. cummings, que “quien presta atención/ a la sintaxis de las cosas/ nunca te besará completamente"

e-e-cummings
photo_camera e. e.cummings

SÍ, ESTÁ BIEN usar solo las minúsculas, tal como se ve en la antología Buffalo Bill ha muerto, publicada por Hiperion, evitar los ruidos, las grandes letras, el tono grandilocuente, está bien hablar como si fuera en susurros, debajo de un desagüe con un amigo o con una chica desconocida, está bien que los críticos digan que es un inmaduro, Dios nos libre de los maduros que ya lo tienen todo hecho, también Gombrowicz reivindicaba la inmadurez, cuando todavía estás vivo, cuando estás creciendo, está bien hablar como un niño malcriado, contradiciendo en voz baja lo que dicen los grandes héroes en voz alta, los que sueltan discursos en las tribunas, hablar como un solitario en una esquina, está bien ese aura de rebelde, de que la poesía es para él otra cosa, de que no se cree los grandes versos, las grandes palabras, las consignas, el lenguaje de los publicitarios y de los políticos, claro, a veces me parecen un coñazo esos jugueteos que quitan fluidez, ese interrumpir las frases con paréntesis o con pausas, o interrumpir las mismas palabras, o romper los límites de las palabras, o adelgazar los versos como hilos, está bien, hombre, quieres que me fije más, quieres crearme tensión y molestarme, pero de verdad, yo estoy de tu parte, pero está bien que diga: «aunque el amor dure un día/ y la vida no sea nada no dejará de besar», que diga «cuando dios se olvide de mi cuerpo/ de cada desafiante ojo brotará un árbol», porque aquí ve a Dios de la religión establecida como el gran vigilante que nos persigue, que diga que la tierra manoseada por filósofos, científicos, religiosos, responde sin hacer caso solo con la primavera, que diga «quien presta atención/ a la sintaxis de las cosas/ nunca te besará completamente», que suelte frases como «un político es un culo/ en el que se ha sentado todo el mundo salvo un hombre», que proteste al señor Muerte porque se ha llevado a Bufalo Bill que es un semental que desayuna palomas y es un muchacho de ojos azules, que ame con ironía a la Humanidad abstracta y con mayúsculas porque aplaude impasible las grandes palabras, hogar, patria, etc.

Un día  en Nueva York entré en el Mac Sorley, el pub más antiguo de la ciudad, en la calle siete con la tercera avenida, y me acordé del poema Yo estaba sentado en el Mac Sorleyss, lo publicó en el libro Tulipanes y chimeneas, en ese poema cuenta que en Nueva York nevaba bellamente, él estaba dentro tomando cervezas, había luces sucias y sonidos oscuros, sentía retazos de genialidad, y de pronto vio a un fantasma sentado en una silla, se acercó mucho a él y le hizo la pregunta eterna ¿tienes algo de beber?, y afuera nevaba y Nueva York era bella, y pensé en lo sugerente que es escribir solo en minúsculas, es como escribir en susurros, eliminar los sonidos estridentes y sensacionalistas, hablar solo de lo que no hace ruido, de lo que está debajo de los ruidos, y así también en la mirada se elimina todo lo chillón y barato, y se ve lo que está escondido, aquello que se calla y siempre está esperando, y se tienen visiones perennes como la música de Chopin, pensé que yo tenía que haber inventado el escribir solo en minúsculas si no lo hubiera inventado ya Cummings, pensé que esa es la única forma de que te presten de verdad atención, cuando todo el mundo grita uno siente atracción por alguien que dice algo en voz baja, más allá de la actualidad, sentado en una silla en un pub, a mí me pasó lo mismo que a cummings, lo vi a él sentado en una silla, y afuera no estaba nevando pero yo miré Nueva York como si nevara, y Nueva York se convirtió en copos silenciosos para mi vista, le pedí a alguien que me hiciera una foto en el Mac Sorleys, que estaba lleno de fantasmas sin pretensiones, pero sobre todo el fantasma de cummings, y así quedé en una foto, con la cara humedecida por toda la poesía acumulada en el local, y brindando con mi cerveza hacia alguien, solo después me di cuenta de que estaba brindando hacia cummings, sentado en una silla, saludando a un fantasma en un Nueva York nevado.

nadie como él captó mejor París en ese poema que dice: «París no eres/ solo estas calles arboles silencio/ anochecer»,

Y nadie como él escribió sobre París, ese París que él se pateó con minúsculas, con mirada de muchacho inmaduro y malcriado, hablando con las putas y los bohemios, después de la Gran Guerra de las grandes palabras, cuando trabajó como enfermero, y los franceses lo tuvieron encerrado y lo acusaron de espía, vea usted, un espía el malcriado cummings de las minúsculas que se burla de las patrias y de las grandes palabras, nadie como él captó mejor París en ese poema que dice: «París no eres/ solo estas calles arboles silencio/ anochecer»,  fijaos como capta en tres versos el espíritu de París: «ni los rostros risueños que están sentados y beben en los bulevares/ que conversan fuman sonríen, no eres/ solo un millón de señoritas que se agitan sin más en la oscuridad», fijaos como con unos cuantos verbos sugiere la vitalidad sin fin de París , y con una descuidada elección del léxico: sonrisa, beber, bulevar, conversar, señoritas, oscuridad, fijaos con qué frescura, con qué falta de grandilocuencia recoge ese hervor libre de París, y luego sigue : «eres estas cosas y eres todo lo que es alerta, perecedero/ vivo», fijaos como pinta lo despierto, lo vivo, lo instantáneo, con ese léxico, y con la síncopa como si fuera jazz, fijaos como se le revela la París más intensa cuando dice «eres la sublimación de nuestras vidas, ojos, voces/ eres el gesto con el que nos expresamos/ ese gesto que consideramos más valioso y frágil que la muerte», en esas palabras tiembla la levedad de París, la expresividad, la destilación, nos sugiere que París es la esencia de la vida en el mundo entero, como también decían en la película ‘Casablanca’, y en este poema lo dice cummings como quien no quiere la cosa, con una emoción que no lo parece pero que es más que emoción,  y finalmente dice que la torre Eiffel es un fantasma que palpita, que embruja: «suavemente sobre todo el ambulante/ fantasma ascendente de la tour Eiffel se cierne/ maravillosa silenciosamente, embrujando el mes de mayo», decidme, quien ha captado mejor lo que significa París, con palabras menos pretenciosas, con minúsculas, con toques casuales como sin llamar la atención, pero llenas de sentido, decidme quien ha escrito un poema mas revelador sobre París como cummings, uniendo la maravilla al silencio, como si fuese un tipo desgarbado en la esquina de un pub.

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