El divorcio de Clara y Fulgencio
CLARA Y FULGENCIO caminaban desde hacía dos horas en silencio. Habían pasado la noche en el Albergue de Peregrinos de O Porriño. Fulgencio estaba pendiente del móvil, viendo todos los resultados del fútbol de todo el fin de semana. De vez en cuando movía la cabeza afirmativa o negativamente dependiendo de que algún marcador le gustase más o menos; Clara, mientras tanto,...