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La madonna del like

Una modelo de Instagram causa la mayor conmoción desde las apariciones de E l Palmar de Troya

A MÍ TAMBIÉN me gusta Natalia Garibotto, a quien acabo de conocer, no en el sentido bíblico, a cuenta de su buen rollito con el papa Francisco. Este bendito ejemplo del poder de creación de los dioses es una instagramer y modelo erótica brasileña en cuya cuenta se ha producido una de las apariciones que más ha conmocionado a la Iglesia católica desde las de El Palmar de Troya: un like de la cuenta oficial del Papa debajo de una fotografía suya que podría definirse canónicamente como insinuante, un like que se ha entendido como una confesión de la voluntad de pecar de palabra y obra, aunque haya que resignarse a la omisión.

Natalia GaribottoUna de las fotografías elegidas por @Pontifex_es para otorgar sus bendiciones a @nataagataa ha causado especial revuelo en los cónclaves cibernéticos: Natalia se muestra semivestida (o semidesnuda, eso depende de la mirada de cada uno) con un uniforme de colegiala que no alcanza a tapar ni sus intenciones. El Vaticano, no se si desconcertado o indeciso, ha ordenado una investigación sobre lo sucedido, aunque no ha explicado muy bien sobre qué aspectos exactamente: de entrada, lo mismo puede ser sobre lo inadecuado de la edad de esta milagrosa mujer, que con 27 años supera por mucho las edades más demandadas por miembros del clero, que puede ser sobre lo inadecuado de los complementos escolares que la infantilizan, con lo que vuelve la burra al trigo. 

Digo yo que será algo de eso, porque lo que seguro que no es necesario investigar es la normalidad del like: a cualquier ser humano con sentido de la belleza le gustaría esta madonna, lo raro sería lo contrario. Independientemente, claro, de los malos o buenos pensamientos de cada quien, eso queda en manos de cada uno/a. 

Sin embargo, el Vaticano y sus guardianes de la moral se han tomado este intento de acercamiento a la realidad muy a la tremenda, aunque no han llegado todavía al extremo de Gregory Aymond, arzobispo de Nueva Orleans. Su reverendísima ordenó quitar y quemar el altar de la iglesia de Saints Peter and Saints Paul de Pearl River después de que un feligrés grabara al párroco manteniendo relaciones sexuales sadomasoquistas con dos mujeres en el altar. Aymond encajó mal, es comprensible, este comportamiento "demoníaco", pero quedó claro lo mucho que se ha modernizado la Iglesia cuando se conformó con quemar solo el altar y no al cura y a las dos mujeres. Son pequeños pasos, pero muy significativos. 

Como mandar quemar Instagram podría resultar un poco impopular a estas alturas, con tanto extremista de la libertad arrasando la viña del Señor, el Vaticano se ha tenido que conformar con la salida clásica: ha negado que tenga nada que ver con ese misterioso like y ha exigido a Instagram que investigue cómo se ha podido producir. Es de suponer que si se confirma el milagro, beatifiquen al creador del algoritmo todopoderoso. 

No sé cómo acabara el affaire Garibotto. doctores tiene la Iglesia, pero tampoco hubiera sido una mala salida aprovechar una anécdota que no debería tener más trascendencia que unos ratos de risas ociosas para comenzar a normalizar siquiera un poco la obsesión de la Iglesia con el sexo, con el suyo y con el de los demás. Después de todo, del mismo modo que se puede ver a Natalia medio vestida o medio desnuda, allá cada cual, se la puede ver como el instrumento de pecado y tentación que se empeña en señalar la Iglesia o como una extraordinaria criatura que habla de la grandeza creadora de un dios en estado de gracia. Natalia bien vale una misa.