ALFONSO ALONSO y Núñez Feijóo están empeñados en un pulso contra los nenucos del PP de Génova, liderado por Pablo Casado. El líder del PP vasco tiene sus cartas y sabe a qué juega. Durante décadas, los populares en Euskadi se jugaron literalmente la vida. Los que quedan son supervivientes. La militancia del PP en toda España los valora, con razón, como héroes que dieron la cara, la libertad y la vida, por desgracia. Que venga Cayetana a decirles lo que tienen que hacer les resulta insultante y tienen razón.
El pacto del PP de Génova con Ciudadanos es un cambalache absurdo. Ciudadanos no tiene en Euskadi ni un triste diputado, ni un mísero concejal. Es allí un partido inexistente. Que los niñatos y las niñatas de Madrid les impongan un pacto estúpido para colocar a unos cuantos de Ciudadanos en sus listas esa un insulto. Para los militantes del PP en toda España, los líderes del PP vasco son héroes que se han jugado la libertad y la vida.
En Galiza la cosa es diferente. Feijóo es el único líder que ha logrado que el PP gane en algún lado. Tiene tres mayorías absolutas consecutivas y va a por la cuarta. En Euskadi el PP madrileño se empeña en un trueque con Catalunya. Ciudadanos no tiene allí ni un miserable concejal. En el País Vasco no existen, nadie los vota, pero Arrimadas ha conseguido lo imposible: nosotros salimos como números dos en tres provincias y a cambio en Catalunya, donde nuestro partido es algo, os damos protagonismo. Pues vale. Pero en la vida real no todo es tan fácil.
En la vida real, Feijóo vende una realidad paralela en la que el PP es un partido galeguista que se enfrenta a los fachas de Vox por un lado y a todas las izquierdas por el otro. Todo esto da igual. Para el PP gallego el tiemmpo pasa sin importar a dónde va o de dónde viene. Pero el PP es lo que es: un partido que se dirige desde Génova, en el que digan lo que digan Alonso o Feijóo estamos en el destino sobre la universal, en la patria que nos conduce a la verdad absoluta.
Para el PP de Casado y de Cayetana, Feijóo es un independentista. Quieren verlo caer. Ellos quieren que el PP gane las autonómicas, pero al mismo tiempo rezan porque Feijóo las pierda. Aspiran a una España que no tiene nada que ver con una Galiza que hable gallego, que piense en gallego y creen, erróneamente, que Feijóo representa a un país galeguista que aspira a ascender.
No sé, pero ese PP que quiere echar pulsos en Euskadi y en Galiza no es el PP de toda la vida. Rajoy, que era muy de leer prensa deportiva, se conformaba con resultados favorables, pero éste Casado y su Cayetana son más de volverse locos y exigir victorias imposibles. No es normal que exijan al PP vasco que cedan los mejores puestos de salida a un partido, como Cuidadanos, que no tiene en Euskadi ni un mísero concelleiro. Pues no, no se pueden regalar a quienes no son nada puestos que no les pertenecen. El cambaleche es claro: puestos en Catalunya, donde el PP apunta casi nada, a cambio de lugares de salida en Euskadi, donde Ciudadanos está extinguido. Pues no.
El PP gallego hace bien al no pactar con Ciudadanos. Los de Ciudadanos no tienen en Euskadi ni un miserable concelleiro Y en Galiza son una fuerza inexistente. No van a ningún lado. En Pontevedra tenemos a un concelleiro de Ciudadanos, Goyo Revenga, que está de momento afortunadamente suspendido de militancia y ojalá siga así eternamente. El caso es que el PPdeG se la juega. Feijóo está tan cerca de ganar como de perder y eso es lo bueno de la política, que uno puede apostar por cualquiera, que puede jugarse la vida en su apuesta y que al final, gane o pierda, uno sobrevive o muere.
Resulta que Ciudadanos va a morir en Euskadi y en Galiza, hagan lo que hagan. Es triste pero es lo que hay. Nadie, ni aquí ni allá, quiere sentirse representado por esos pinflois. Lo triste es es que el PP llegue a acuerdos con ellos. No son nada ni son nadie. Puede que en Murcia o en Cáceres sean alguien, pero ni en Euskadi ni en Galiza son nada de nada.
Resulta que Alfonso Alonso, líder del PP en Esukadi, ha dicho que no. Que no comulga con de PP de Génova, y Feijóo ha dicho lo mismo. O sea que en cosa de semanas tendremos tendremos lío monumental. Qué sé yo. O hay lío por una cosa o lo hay por la otra.
*ARTÍCULO PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA EL DOMINGO 23 DE FEBRERO
