Abanca cerró 2019 navegando a contracorriente con respecto a la mayor parte del sector al anotarse un beneficio neto de 405 millones de euros, lo que supone un incremento interanual del 6,7%. Se trata del resultado de la estructura societaria fruto de la fusión inversa acometida el pasado junio, en cuyo marco la corporación bancaria absorbió su matriz, Abanca Holding, una operación con la que reforzó su solvencia.
"Francamente, fue un muy buen año", afirmó el presidente y propietario del 90% del accionariado, Juan Carlos Escotet, que puso en valor el hecho de que la entidad se consolida como "una de las más rentables del sistema español", con un ROE (ratio que pone en relación el beneficio y los recursos propios) del 10%.
Con un exceso de capital de 1.267 millones de euros con respecto a los requerimientos exigidos (CET1) por el BCE, el banco sondea nuevas compras, como la integración del portugués Eurobic, siempre y cuando pueda alcanzar una posición de control reforzada, esto es, hacerse al menos con el 75% del capital. Así lo confirmó Escotet este martes en Santiago en una rueda de prensa en la que recalcó su apuesta por fusiones "con sentido económico" y que resulten "complementarias" a su modelo de negocio.
Sobre esta base, el presidente admitió que el país vecino es un mercado "especialmente atractivo", con una tasa de desempleo que ya se encuentra por debajo del 6% y unas expectativas de crecimiento superiores al 2% para este año, por encima de a las proyecciones para España. La intención de Abanca es "consolidarse como un banco ibérico".
La entidad aspira a "consolidarse como un banco ibérico" y ve en el país vecino un mercado "especialmente atractivo"
"España también está en los objetivos estratégicos" de crecimiento, aunque, al menos en el corto plazo, "no parezca que haya grandes oportunidades", afirmó el primer ejecutivo al ser preguntado por si ha decaído el interés por la asturiana Liberbank tras el intento frustrado en febrero de 2019.
El encargado de desglosar las cifras de la cuenta de resultados fue el consejero delegado, Francisco Botas, quien destacó que el volumen de negocio supera los 85.000 millones. Es el reflejo de una cartera de crédito que alcanzó los 35.963 millones al despuntar un 22,8% con la integración de las redes de Deutsche Bank y Caixa Geral y la financiación a pymes y autónomos como catalizador; en tanto que el ahorro captado de clientes se disparó un 23,7%, hasta los 48.286 millones, con un fuerte crecimiento del negocio fuera de balance, esto es, los seguros y fondos de inversión.
En total, la institución financiera ganó 425.000 nuevos clientes, de los cuales 200.000 proceden de las dos absorciones acometidas en 2019.
Con estos mimbres, el banco ganó cuota de mercado en el último año. En Galicia, copa el 42,3% del ahorro en depósitos, un 1,4% más, en tanto que en crédito el crecimiento fue de dos puntos, hasta el 34,4%. En el conjunto de España, el operador alcanzó el 2,9% en depósitos (+0,19%) y el 2,6% en el mercado crediticio (+0,36%).
