Opinión

Acuerdos más amplios

Nadie desde la perspectiva de buscar la estabilidad social y política cuestiona la necesidad de un nuevo pacto social que ataje el incremento en profundidad y dimensión de la pobreza; un pacto que genere expectativas razonables a los jóvenes para ver horizontes con salarios que les permitan, por ejemplo llegar a adquirir una vivienda, o que rompa esta auténtica contradicción que supone una economía que genera un reducidísimo núcleo que se enriquece con cifras de vértigo mientras se destruyen las clases medias, elemento de estabilidad, y aumentan alarmantemente los ciudadanos que tienen menos y para los que parece cerrado un futuro de mejoras. Ese pacto, al modo del Estado de bienestar que construyeron la socialdemocracia y las democracia cristiana en Europa, y que supuso crecimiento y paz social, es el que reiteradamente propugna el profesor Antón Costas. Acaba de hacerlo en un brillante artículo en La Maleta de Portbou. En la concreta circunstancia política actual de España, la que negocia los Presupuestos y anuncia a un tiempo crecimiento del gasto y subida de los impuestos, sería exigible que la negociación y el pacto fuese más allá —más extenso— de los grupos políticos que necesita Sánchez para su continuidad.

Nadie cuestionará la necesidad de trasladar a los salarios la recuperación de la economía ni muchas mejoras de tipo social que se contemplan con Podemos, pero el calado de estas propuestas y las circunstancias de desaceleración de la economía exigirían la implicación de las llamadas fuerzas sociales —sindicatos y patronales— y una presencia, o al menos la invitación, a una amplia mayoría parlamentaria sin cinturones políticos sanitarios. Es pedir sentido de Estado frente a estrategias a muy corto plazo. El objetivo de las reformas se logra cuando la participación y el apoyo es política y socialmente amplio. ¿Se trata de otra cosa?

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