Opinión

Barra libre

NOS CONOCEMOS. La planeada permisividad navideña, regulando movimientos de personal, advierte de un previsible desmadre. Barra libre. Es decir, que los que no se reúnan o rejunten para las celebraciones será por retraimiento, porque no les apetece sin más o por miedo a que los contagios les alcancen, pero serán los menos. Aflorarán parientes de debajo de las piedras, con lazos de consanguinidad tan difusos y confusos que no los reconocerá ni la madre que los parió. Así y todo serán más fáciles de identificar que los imprecisos allegados. ¿Quiénes son los allegados? Para el ministro Illa, "alguien con una vinculación sentimental muy determinada", cuya ambigüedad está en consonancia con la versatilidad del personaje. Se aproxima más Núñez Feijóo: "Personas allegadas, no puedo decir exactamente lo que son. Tendremos que ir al diccionario y verlo, pero comprenderán que no son personas que tengan vínculos familiares. Son conocidos, personas amigas hasta un máximo de diez". Menos mal que su presencia está, en el deseo, limitada, pero en el teórico cupo tendrán cabida todos los que ronden el escenario de la bulla. No es fácil conciliar lo que la mayoría reclama, que es libertad, a lo que más conviene. Por eso se hace ineludible la sensatez individual.

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