Caballero se bautiza al frente del PSdeG derrocando al PP en Galicia

Con un liderato todavía por asentar de cara a las elecciones autonómicas de 2020, el buen resultado del PSOE de esta noche electoral es un soplo de aire fresco para el socialista gallego

Gonzalo Caballero, celebrando los resultados del 28-A. PEPE FERRÍN
photo_camera Gonzalo Caballero, celebrando los resultados del 28-A. PEPE FERRÍN

El escrutinio electoral ha arrojado este domingo en Galicia un resultado histórico favorable al PSOE que por primera vez en la historia supera el número de escaños obtenidos por el PP en este territorio, un logro para los socialistas que jamás habían sido capaces de igualar a los populares en ninguna de las elecciones celebradas desde la aparición en 1982 de Alianza Popular.

En aquellos comicios, en los que el PSOE logró una clara victoria forjada en el liderazgo de Felipe González, Galicia fue la única Comunidad autónoma española que entregó la mayoría a los conservadores en vez de a los socialistas, un preludio de lo que en las décadas siguientes sería el fortín de los populares, que también ostentaron la presidencia del Gobierno autonómico durante la mayor parte del tiempo.

Sin embargo, el acusado desgaste de los siete años de Gobierno de Mariano Rajoy y los casos de corrupción destapados en este período han terminado haciendo mella en un PP que ha dejado escapar su hegemonía en Galicia hasta entregársela a un PSOE capaz de rentabilizar en las urnas su experiencia de estos diez meses de gobierno con Pedro Sánchez al frente.

Los socialistas gallegos han demostrado una clara movilización en esta campaña para las elecciones generales, encabezados por su secretario general Gonzalo Caballero, que -en su año y medio al frente del partido en Galicia- ha seguido una agenda que él mismo describe como de "alta intensidad política" para aprovechar el "viento a favor" que sopla desde Madrid desde el regreso de Sánchez y el éxito de la moción de censura impulsada contra el PP.

Con un liderato todavía por asentar de cara a las elecciones autonómicas de 2020, el buen resultado del PSOE de esta noche electoral es un soplo de aire fresco por un Caballero

Cerca de 8.000 kilómetros ha recorrido el líder del PSdeG en las últimas dos semanas, de una punta a otra de Galicia y con especial énfasis en visitar la provincia de Ourense, donde el pasado viernes los socialistas cerraron la campaña electoral, que también trajo a tierras orensanas al ministro Josep Borrell y al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Esta provincia, ejemplo de la Galicia rural y despoblada donde es más fuerte el PP, ha sido para el PSdeG un codiciado objeto de deseo y en ella han volcado sus esfuerzos para conseguir superar a los populares en votos en la totalidad del territorio gallego, algo que han conseguido pese a no vencer en los feudos de Lugo y Ourense.

Además, la apuesta orensana de Caballero responde a su afán por cerrar las heridas internas abiertas en el abrupto y dilatado proceso de renovación orgánica derivado de la dimisión de su antecesor en el cargo, Xosé Ramón Gómez Besteiro, acosado por varios litigios judiciales y sustituido por una comisión gestora que se prolongó más de lo esperado.

Gonzalo Caballero terminó resultando ganador de las primarias del PSdeG más de un año después, aunque por el camino el partido dejó el liderazgo de la oposición en Galicia en manos de una boyante En Marea, que aprovechó las cuitas internas socialistas para dar el "sorpasso" que no llegó en España.

No obstante, la llegada de un "candidato de las bases", como a él le gusta reivindicarse, a la secretaría general socialista no fue todo lo plácida que cabría esperar, ya que el sector crítico del partido, ausente en el proceso de renovación por discrepancias con las direcciones federal y gallega, enseguida demostró, a la hora de escoger las secretarías provinciales, que no estaba dispuesto a ceder el poder a nivel local e hizo que prosperaran varias candidaturas de miembros no afines a las directrices de Caballero.

La conformación de las listas para las múltiples elecciones de este año 2019 terminó de forzar las costuras de un PSdeG del que decidieron apearse, en un escaso margen de tiempo, dos pesos pesados como el exsecretario general Pachi Vázquez -fundador posterior de la plataforma Espazo Común- y el vicepresidente de la Diputación de Lugo, Manuel Martínez.

Ambas salidas arrastraron a muchos de sus afines y pusieron en jaque la estructura de poder local del PSdeG en la antesala de unos comicios claves para ratificar al frente del partido a Caballero, ya proclamado -no sin polémica- candidato a la Xunta en las próximas elecciones autonómicas, previstas para el otoño de 2020.

Además, el escaso conocimiento de su figura por parte de la población no juega en favor de un Caballero que prevé incorporarse como diputado al Parlamento de Galicia tras los comicios municipales del 26 de mayo para poder confrontar directamente con su rival, Alberto Núñez Feijóo.

La sombra del regidor vigués es alargada para un Gonzalo Caballero que no ha escondido en este tiempo sus discrepancias políticas con su tío

"¿Quién es ese del PSOE?", preguntaba una mujer el primer día de campaña en Vigo ante la llegada de una amplia comitiva socialista, encabezada, como le respondería enseguida su acompañante por "el sobrino de Abel Caballero", alcalde de Vigo.

La sombra del regidor vigués es alargada para un Gonzalo Caballero que no ha escondido en este tiempo sus discrepancias políticas con su tío, a pesar de que en el mitin central de esta campaña escenificó con él una tregua al fundirse en un cálido abrazo ante la presencia de Pedro Sánchez.

Con un liderato todavía por asentar de cara a las elecciones autonómicas de 2020, el buen resultado del PSOE de esta noche electoral es un soplo de aire fresco por un Caballero que, tras recorrer Galicia "municipio a municipio, comarca a comarca", ha comenzado a labrarse el nombre que necesita si quiere sumarse a la nómina de presidentes socialistas de la Xunta de Galicia, en la que únicamente figuran Fernando González Laxe y Emilio Pérez Touriño.

Su mensaje, del que no se ha desviado en este tiempo, es rotundo: es necesario un Gobierno socialista en Madrid que frene a la ultraderecha y que escenifique la abertura de "un nuevo tiempo político" para que el PSdeG afronte las elecciones gallegas con opciones de relevar a Núñez Feijóo y poner fin a sus diez años de gestión, que ha llegado a tachar de "nocivos" para Galicia. 

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