ESA ES la impresión del respetable: Pablo Casado sigue haciéndose como líder presidenciable y prueba de ello fue su sesión de control al Gobierno de esta semana y su acto multitudinario en el diario La Razón. A Casado hay que verlo en directo y en contacto con la gente para comprobar cómo transmite y despierta entusiasmo ya sea desde su escaño o desde el apadrinamiento de Alfonso Ussia. Es verdad que el aforo que aplaude es muy pablista. Pero Pablo contagia y arranca ovaciones con discursos sin papeles y un estilo tan nuevo como viejo que consiste en decir lo que piensa con un discurso fluido y efectivo. En cada aparición a Casado se le ausculta con precisión de bisturí, mientras que a Sánchez se le exige estar a la altura del listón que él mismo le puso a Rajoy y a los demás. Iglesias está en plan padrazo y a Rivera se le concede tiempo para que recupere su discurso con el que superar el efecto Casado. Con la tesis ha encontrado su camino, lo cual favorece tanto a Cs como al PP. De modo que se abre la posibilidad de que Ciudadanos y PP puedan pactar si suman tanto en España como en Andalucía.
