Opinión

Chalaneo judicial

EL GESTO del magistrado Marchena, renunciando a presidir el CGPJ, supone un aldabonazo importante para la despolitización de la Justicia, pero insuficiente. ¿Por qué no le han seguido todos los demás juristas que iban a completar tal corporación? Porque son cómplices con los políticos del chalaneo, tan culpables como ellos de enfangar el sistema judicial con la subordinación partidista. A los jueces, como cualquier otro ciudadano, no puede sustraérseles ningún derecho ideológico, pero en el ejercicio de sus funciones han de cuidarse mucho de no manifestar ninguna tendencia para evitar que sus decisiones se supediten a ningún credo. De hacerlo se estaría envenenando la independencia que exige un Estado de derecho. No es fácil conseguirlo, toda vez que desde las cúpulas judiciales, sus integrantes no se recatan, como se ha visto, de situarse en la posición que les exige el partido político que les aupó al cargo. Nadie regala nada. Por eso que si la designación para tales encomiendas se hiciese mediante elección entre los propios jueces, se habría dado un paso fundamental para la autonomía del sistema. Seguiría habiendo contaminación, pero por lo menos se guardarían las formas, no sé si las conductas.

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