Opinión

Cobradores

UNAS VECES más y otras menos, pero desde siempre hubo deudas y deudores, muchos de ellos reacios a restituir lo que no suyo, con la morosidad como estandarte. Por ello no sorprende que en España haya más de ochocientas entidades que se dedican a la recuperación de deudas. Su objetivo, sin que exista una legislación específica que regule y limite tal actividad, es que mediante el ridículo y la vergüenza, con agentes disfrazados de cobradores del frac, toreros, payasos..., el remolón acceda a pagar.

Unas veces surte efecto y otras no. Lo que sí parece claro es que se sitúan fuera de la ley, utilizando el acoso, cuando el artículo 18 de la constitución garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Precisamente en Lugo acaba de dictarse sentencia condenatoria contra dos ‘toreros del moroso’, por coaccionar a un empresario, que no dudó en llamar a la Policía, permitiendo así su identificación, pese a lo cual siguieron insistiendo en su práctica sin utilizar ninguno de los cauces legales que prevé la ley. Lo que ocurre es que la condena se sustancia en multas e indemnizaciones de escasa cuantía, con ninguna fuerza disuasoria. Seguirán ‘toreando’ a su antojo. 

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