Opinión

Comer y algo más

JAUREGUIZAR aprovechó para una larga e interesante entrevista la presencia en Lugo de Ferran Adrià, considerado el mejor chef del mundo. Logró portada en el Magazine de Le Monde: superó el chauvinismo gastronómico francés, quizás justificado. El fenómeno Adrià, elBulli y el de la restauración "estrellada" para la atracción de turismo de calidad, con recursos para gastar, merece una atención detenida por parte de una provincia como Lugo, con tradición y eslogan: E para comer Lugo. Quizás falta todavía dar con la fórmula, o las fórmulas, para que se proyecten con éxito de difusión unos motores de atracción gastronómica en la costa, en la capital y en la Ribeira Sacra. Nos referimos, por ejemplo, a la legítima aspiración, y reconocimiento merecido ya en algunos casos, a formar parte de la élite de las estrellas Michelin, en la que la provincia de Lugo sigue ausente. La apuesta por la calidad y la innovación han de encontrar el apoyo, o más bien deberían ser el eje diferenciador de la promoción turística de calidad de de Lugo. Hay una tradición y una historia detrás: "E para comer Lugo".

Abejas, miel y velutina

Las ferias de la miel se suceden en el inicio del otoño lucense, como ocurrió este domingo en Muras, que citó con éxito en Viveiró. Las abejas son necesarias en la naturaleza. La miel es un recurso económico complementario en el mundo rural. Frente a la amenaza real de la avispa velutina no se puede responder con la resignación de "hay que aceptarla y convivir con ella". Lo adecuado es afrontar el cambio de las realidades adversas o malas. Una mínima ética política exige no transmitir desde el liderazgo la resignación o aceptación de la adversidad, la fatalidad como arma de respuesta a un problema. Hay un interés ecológico y hay un interés económico para las pequeñas economías rurales en hacer frente a esta plaga. Habrá, al menos, que investigar y buscar fórmulas para la lucha frente al problema.

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